Devocional Familiar:
Leer Exodo 16, orar y cantar juntos
Devocional Personal: Galatas 4:4-5
4 Pero cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer y nacido bajo la ley,
5 para que redimiese a los que estaban bajo la ley, a fin de que recibiésemos la adopción de hijos.
La adopción
Según este pasaje, el fin principal de la redención no es solamente pertenecerle a Dios como nuestro dueño. Según este pasaje, la redención en sí no es la meta final de la obra de Cristo. Según este pasaje, la meta de la obra redentora de Cristo es “a fin de que recibiésemos la adopción de hijos.” La meta es la adopción.
Aunque la redención en el antiguo testamento no resaltaba la adopción de la misma manera que lo hace en el nuevo testamento, hay una ocasión en Éxodo en la que Dios habla de Israel como su hijo:
22 Y dirás a Faraón: Jehová ha dicho así: Israel es mi hijo, mi primogénito.
23 Ya te he dicho que dejes ir a mi hijo, para que me sirva, mas no has querido dejarlo ir; he aquí yo voy a matar a tu hijo, tu primogénito. (Éxodo 4:22-23)
En su obra redentora en el éxodo, Dios estaba resaltando que la función de su pueblo redimido era una función de siervos, pero su identidad era una identidad de hijo. Dios le dijo a Faraón que dejara ir a su hijo, para que su hijo le sirviera. En muchas partes del nuevo testamento vemos pasajes como Gálatas 4:4-5 que nos recuerdan que la adopción es central en nuestro entendimiento del evangelio. Como
Escucha lo que dice J.I. Packer de la adopción:
“Podrías resumir toda la religión del Nuevo Testamento en una sola frase, si la describieras como el conocimiento de Dios como Padre santo. Si quieres evaluar que tan bien una persona entiende el cristianismo, averigua que tanto valora el pensamiento que es hijo de Dios, al tener a Dios por Padre. Si esto no es el pensamiento que impulsa y controla su adoración y oraciones y toda su perspectiva de la vida, significa que no entiende el cristianismo muy bien en absoluto.”
Desafio y Aplicación
Como hijos de Dios, tenemos el privilegio de acercarnos confiadamente a su trono de gracia en oración. Como hijos de Dios, podemos hablar con nuestro Padre celestial. ¿Vas a aprovechar esta oportunidad tan preciosa del día de hoy?
Toma un tiempo hoy para orar y meditar en la oración modelo, el Padrenuestro:
Mateo 6:9-15:
9 Vosotros, pues, oraréis así: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre.
10 Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra.
11 El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy.
12 Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores.
13 Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal; porque tuyo es el reino, y el poder, y la gloria, por todos los siglos. Amén.
14 Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro Padre celestial;
15 mas si no perdonáis a los hombres sus ofensas, tampoco vuestro Padre os perdonará vuestras ofensas.