Devocional Familiar:
Leer Números 34, orar y cantar juntos
Devocional Personal: 2 Tesalonicenses 1:1
Pablo, Silvano y Timoteo, a la iglesia de los tesalonicenses en Dios nuestro Padre y en el Señor Jesucristo
La fuente de la perseverancia fiel en la aflicción, parte 1
Así como Pablo comienza todas sus cartas, Pablo comienza la segunda carta a los Tesalonicenses con un saludo de parte del equipo misionero. Es importante recordar que el contexto particular en el cual Pablo escribió esta carta era un contexto de persecución y aflicción para la iglesia de los tesalonicenses, como Pablo menciona en el versículo 4. Por lo tanto, las palabras que Pablo cuidadosamente eligió son las palabras que los tesalonicenses necesitaban como un fundamento, como una fuente que pudiera sostener su fe en medio de la aflicción. ¿Cuál era la fuente que iba a sostener la fe de los tesalonicenses en medio de la aflicción? En pocas palabras, Dios mismo es la fuente que iba a sostener la fe de los tesalonicenses. Por lo tanto, Pablo les recuerda a los hermanos tesalonicenses dos doctrinas fundamentales para entender su identidad en Dios: La paternidad de Dios y la unión a Cristo.
Hoy meditaremos en como la doctrina de la paternidad de Dios puede animarnos en tiempos de aflicción. Aunque no estamos en Tesalónica y no estamos sufriendo la misma clase de persecución que los tesalonicenses, sí estamos sufriendo aflicción en medio de una pandemia mundial y necesitamos recordar la doctrina de la paternidad de Dios que es una realidad para los que hemos creído en Cristo.
Meditemos en algunas implicaciones de la paternidad de nuestro Dios:
1.) Primero, por medio de la fe en Cristo, podemos ser llamados hijos de Dios y tener a Dios como nuestro Padre (Juan 1:12).
2.) Segundo, si Dios es nuestro Padre celestial, podemos acerarnos a él en oración (Mateo 6:1)
3.) Tercero, si Dios es nuestro Padre, podemos echar todas nuestras ansiedades sobre él, porque él tiene cuidado de nosotros (1 Pedro 5:7).
4.) Cuarto, si Dios es nuestro Padre, tenemos hermanos y hermanas que nos aman en nuestra iglesia local y en la iglesia universal.
5.) Quinto, si Dios es nuestro Padre, él nos da buenas dádivas (Santiago 1:17).
6.) Sexto, si Dios es nuestro Padre, nadie nos puede arrebatar de su mano poderosa (Juan 10:27).
7.) Séptimo, si Dios es nuestro Padre, tenemos una herencia eterna (Hebreos 10:34)
Desafio y Aplicación
Durante este tiempo de pandemia, recordemos que tenemos el privilegio tan alto de ser llamados hijos de Dios. Te animo a pasar tiempo intencional con tu Padre celestial el día de hoy. Habla con él. Echa tus ansiedades sobre él. Confiésale tus pecados. Usa tu tiempo para cultivar la comunión íntima con tu Padre celestial.