Devocional Familiar:
Leer Números 26, orar y cantar juntos
Devocional Personal: 1 Tesalonicenses 5:9-10
“Porque no nos ha puesto Dios para ira, sino para alcanzar salvación por medio de nuestro Señor Jesucristo, quien murió por nosotros para que ya sea que velemos, o que durmamos, vivamos juntamente con él.”
Estaremos siempre con Nuestro Señor
En estos versículos, el apóstol Pablo le está explicando a la iglesia de tesalónica que su destino no es recibir la ira de Dios y ser castigados por sus pecados. Ellos ya son hijos de Dios, hijos de la luz, como Pablo menciona en unos versículos anteriores. Jesús pagó con sangre el precio de sus pecados y Dios aceptó ese sacrifico. Los tesalonicenses y todos los que creen en Cristo ahora son vistos como justos, porque ahora Jesús vive en nosotros y es Él quien nos hace justos. Por eso ya nuestra esperanza no es la merecida ira de Dios, sino la salvación a través de nuestro Señor Jesucristo. Pablo nos explica que Jesús murió por nosotros, para que aún despiertos “nuestros cuerpos con vida” o durmiendo “nuestros cuerpos ya muertos”, estaremos ante Su presencia.
Así es hermanos y hermanas en Cristo, vivos o muertos, estaremos siempre con Nuestro Señor, esta fue su promesa. Veamos lo que dice nuestra Santa biblia, “¡recuerden! Yo estoy con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo” (Mateo 28:20b NBLA). Aquí nos recuenta Mateo que Jesús mismo dijo que no olvidaremos el hecho de que Él estará con nosotros todos los días de nuestra vidas hasta que Él regrese por nosotros. ¿Pero y que pasa si morimos antes de que él regrese? Pues nos vamos con Jesús en espíritu, en espera de que Él regrese a la tierra nuevamente y resucite nuestros cuerpos. “Pues el Señor mismo descenderá del cielo con voz de mando, con voz de arcángel y con la trompeta de Dios, y los muertos en Cristo se levantarán primero” (1 Tesalonicenses 4:16 NBLA)
¿Pero realmente las almas de los cristianos se van con nuestro Dios cuando morimos en la tierra? Meditemos en lo que le dijo Jesús a uno de los que estaban crucificado a su lado “De cierto te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso.” (Lucas 23:43) Que promesa más hermosa, y que esperanza más emocionante, el de estar con Nuestro Señor en el paraíso. Hasta Juan tuvo una visión donde vio a todos los muertos en Cristo en el cielo, “Cuando el Cordero abrió el quinto sello, vi debajo del altar las almas de los que habían sido muertos a causa de la palabra de Dios” (Apocalipsis 6:9a NBLA) Así que estemos gozosos y agradecidos de esta promesa. Si creemos en Cristo, Él va estar con nosotros aquí en la tierra y cuando nos llegue la hora de partir, también estaremos con Él en su Gloria.
Desafio y Aplicación
Teniendo en mente que aún sin merecerlo, Jesús allí en la cruz pagó el precio de nuestros pecados, te pregunto ¿Consideras que estás honrando el sacrificio de Jesús dignamente? Te exhorto a meditar en esto. “y anden en amor, así como también Cristo les amó y se dio a sí mismo por nosotros, ofrenda y sacrificio a Dios, como fragante aroma”. (Efesios 5:2 NBLA)