Devocional Familiar:
Leer Job 30, orar y cantar juntos
Devocional Personal: Apocalipsis 3:12-13
“Al que venciere, yo lo haré columna en el templo de mi Dios, y nunca más saldrá de allí; y escribiré sobre él el nombre de mi Dios, y el nombre de la ciudad de mi Dios, la nueva Jerusalén, la cual desciende del cielo, de mi Dios, y mi nombre nuevo. El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias”.
La nueva Jerusalén
Filadelfia era una ciudad donde frecuentemente había sismos y en el año 17 después de Cristo hubo un gran terremoto, el cual destruyó toda la ciudad. Cuando Jesús les habla de esta columna es algo que ellos podían entender. En la historia vemos estas ruinas grecorromanas de la antigüedad y lo que queda mayormente de ellas son columnas. Estas son las que han permanecido de pie. En este mundo lleno de pecado, donde todo cambia para conveniencia propia, olvidándose cada cual de Dios. Si nosotros permanecemos en pie en nuestra convicción y fe en Jesús, seremos esas columnas que Jesús dice y siempre estaremos en su presencia. Las columnas sostienen el edificio y lo que la sostiene a ellas es el fundamento. El fundamento es Jesús, Él es nuestro sostén y nos da esa fuerza para permanecer firmes en las pruebas. Como columnas firmes estaremos en adoración eterna en el cielo, estaremos en la presencia de Dios por siempre. Nada ni nadie nos apartará de allí, ni nos moverá, estaremos firmes en nuestro hogar eterno, nuestra morada prometida por Cristo. Jeremías 1:18 dice: “Porque he aquí que yo te he puesto en este día como ciudad fortificada, como columna de hierro, y como muro de bronce contra toda esta tierra, contra los reyes de Judá, sus príncipes, sus sacerdotes, y el pueblo de la tierra”. Hermanos, estaremos eternamente con Él, no habrá más lucha con el pecado, ni la carne, ni seguiremos luchando con nuestra propia naturaleza pecaminosa. Apocalipsis 2:14 dice: “Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas pasaron".
También nos menciona que, “...escribiré sobre él el nombre de mi Dios, y el nombre de la ciudad de mi Dios, la nueva Jerusalén, la cual desciende del cielo, de mi Dios, y mi nombre nuevo”. ¿Qué significa que Cristo escribirá el nombre de Dios, de la ciudad y también su propio nombre? Apocalipsis 21:4 nos dice: “y verán su rostro, y su nombre estará en sus frentes”, los creyentes serán reconocidos por siempre como pueblo de Dios y de Cristo.
Desafio y Aplicación
Mis hermanos, ¿crees que serás reconocido como el pueblo de Dios por la eternidad?, ¿eres reconocido al día de hoy como pueblo de Cristo? Te desafío a meditar en esto, si no has puesto tu fe en Cristo, ven y arrepiéntete de tus pecados, aún hay tiempo. Ten fe en Jesús para perdón de tus pecados, aun la puerta está abierta, la gracia del Señor sigue siendo abundante y por la vida, muerte y resurrección de Cristo puedes ser perdonado y liberado de la ira de Dios. El pueblo de Dios está siendo reunido; de creyentes de toda raza, lengua y nación. El lugar eterno, la nueva Jerusalén, la tierra prometida es una promesa para nosotros, los creyentes. Cristo el Rey Eterno, Él identificará a los suyos. Y así permanecerán siempre a su lado como ciudadanos de su reino eterno. Mis hermanos, quién tiene oído, oiga, lo que el espíritu dice a las iglesias en todo tiempo, y en todo lugar. Amén.