Devocional Familiar:
Leer Job 25, orar y cantar juntos
Devocional Personal: Apocalipsis 3:7
“Escribe al ángel de la iglesia en Filadelfia: Esto dice el Santo, el Verdadero, el que tiene la llave de David, el que abre y ninguno cierra, y cierra y ninguno abre:”
Jesús, Santo y Verdadero
En el versículo del día de hoy, estaremos viendo acerca de la iglesia de Filadelfia, la cual estaba situada a unos 30 km al Suroeste de Sardis. Filadelfia significa amor fraternal. En este versículo podemos ver tres cosas muy importantes: en primer lugar, Jesús es presentado como “el Santo”, esto es una descripción de sí mismo, de su carácter; Él es Dios. La divinidad de Cristo la podemos comprar debido a que Dios mismo se identifica como el Santo de Israel en Isaías 1:4, y en Isaías capítulo 6 nos dice que entró al templo y vio como serafines le adoraban diciendo, “Santo, Santo, Santo es el Señor de los ejércitos”. Así mismo, el apóstol Juan vio esto en Apocalipsis 4:8: “Y los cuatro seres vivientes... y no cesaban día y noche de decir: Santo, santo, santo es el Señor Dios Todopoderoso, el que era, el que es, y el que ha de venir”. Él es Santo, sin pecado, infinitamente divino. Él es majestuoso, Él es el único digno de nuestra alabanza y adoración. Moisés preguntó: “¿Quién como tú, oh Jehová, entre los dioses? ¿Quién como tú, magnífico en santidad...” (Éxodo 15:11), Jesús es hermoso, y es perfecto.
En segundo lugar, Jesús se presenta como “el Verdadero”; Él es real y genuino. Como vimos en el punto anterior, podemos comprobar la divinidad de Cristo a través de toda la Escritura, por lo tanto sabemos que Jesús es Dios, debido a su divinidad podemos comprobar otros atributos en la Escritura, como el que vemos en Éxodo 3:14, aquí el Señor nos habla acerca de su inmutabilidad, es decir, Él nunca cambia su carácter, es siempre el mismo y podemos confiar en Él, como Cristo es Dios, por ende Cristo es también inmutable, verdadero y podemos confiar en Él. En la escritura también nos dice que Él es la verdad, en Juan 14:6 Jesús dice: “...Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí”. Así mismo, el salmista dice: “Para siempre, oh Jehová, Permanece tu palabra en los cielos” (Salmos 119: 89). Dios tampoco cambia Su palabra, nuestra sociedad puede tratar de redefinir la moralidad, la cultura, puede tratar de reclasificar sus costumbres, pero Jesús se identifica como la verdad, y no como la costumbre de una época. En 1 Juan 5:20, vemos como el Hijo de Dios ha venido para darnos entendimiento y para que podamos conocer al que es verdad, a Cristo.
En tercer lugar, El Señor es presentado como “el que tiene la llave de David, el que abre y ninguno cierra, y cierra y ninguno abre”. En Isaías 22:22, dice que el mesías tiene la llave de la casa de David, lo cual es una expresión simbólica para decir que el Salvador tiene el poder para admitir o excluir a cualquiera de la presencia de nuestro Padre celestial. El heredero de la Casa de David es Jesús. Apocalipsis 1:18 nos dice que Él tiene las llaves de la muerte y el Hades, Jesús ha abierto el camino a la salvación y nadie puede cerrarlo. Recordemos como Dios cerró la puerta del Arca de Noé para que nadie más pudiera entrar en ella (Génesis 7:16).
Desafio y Aplicación
Meditemos en la santidad de Dios y como estamos creciendo nosotros en santidad para glorificar a nuestro Dios por medio de nuestro testimonio; necesitamos confiar plenamente en Dios, Él abre y cierra las puertas. Él tiene el control absoluto de nuestras vidas. Él hará su voluntad y no habrá manera de que el propósito de Dios deje de ser cumplido, descansa en Jesús, Él tiene todas las llaves y cualquier puerta que abra o cierre es porque Él te está cuidando como el Buen Pastor, si creemos esto, entonces habrá paz y gozo en nuestro corazón. Dios te bendiga.