Devocional Familiar:
Leer Job 24, orar y cantar juntos
Devocional Personal: Apocalipsis 3:5
“El que venciere será vestido de vestiduras blancas; y no borraré su nombre del libro de la vida, y confesaré su nombre delante de mi Padre, y delante de sus ángeles”.
La tinta permanente
Estos dos últimos días estamos hablando de las promesas que vienen en el versículo cinco. El día de ayer vimos que tenemos la promesa de que como Cristianos vamos a ser victoriosos. En el fin de la historia, vamos a tener victoria sobre el pecado y la muerte. También tenemos la promesa de que vamos a ser vestidos en vestiduras blancas y perfectas. Dios nos va a vestir con su justicia perfecta y santa por el sacrificio de Cristo en la cruz.
La segunda promesa viene después donde dice, “y no borraré su nombre del libro de la vida, y confesaré su nombre delante de mi Padre, y delante de sus ángeles”. El libro de la vida es un libro que está mencionado en varios lugares del Apocalipsis y se refiere a un libro donde Dios ha escrito todos los nombres de los cristianos. Es un libro de vida porque es una lista de las personas que van a recibir vida eterna. Algunos escuchan este versículo y piensan que el versículo da la posibilidad de que el nombre de alguien sea borrado del libro de vida. La verdad es lo opuesto. En el griego, esta construcción gramatical indica algo que no es posible, es decir, quiere comunicar la certeza de que jamás nunca se podrá borrar un nombre del libro de la vida. Debido al uso del negativo quiere comunicar algo que ni siquiera es una posibilidad. Por lo tanto, la presencia del nombre de alguien en este libro es para siempre. El versículo sigue dando aun más certeza: “Y confesaré su nombre delante de mi Padre, y delante de sus ángeles”. Jesús es nuestro abogado delante de Dios, cuando nos paramos delante del trono de juicio de Dios, Jesús va a estar ahí como nuestro abogado confesando nuestro nombre como uno de los que ha limpiado.
Desafio y Aplicación
Estas promesas nos deben animar como cristianos. Nuestra salvación y una vida eterna en el cielo son muy ciertas. Si eres un cristiano, no es posible que tu nombre sea borrado del libro de la vida. Además tienes la promesa de que Cristo mismo tiene tu nombre en sus labios para confesarte como uno de los suyos. Aun si en esta vida batallas con tentación, sufres con dolores y enfermedades, o lamentas la pérdida de un ser querido tienes confianza de una eternidad con Cristo. Toma un tiempo en este día para recordarte de la esperanza que tienes en Cristo. Responde con una oración de acción de gracias o canto de adoración para alabar a Dios por lo que ha hecho.