Devocional Familiar:
Leer Job 19, orar y cantar juntos
Devocional Personal: Apocalipsis 3:1
“Escribe al ángel de la iglesia en Sardis: El que tiene los siete espíritus de Dios, y las siete estrellas, dice esto: Yo conozco tus obras, que tienes nombre de que vives, y estás muerto”.
Vivos solo de nombre
Esta semana vamos a estudiar la carta a la iglesia de Sardis. La ciudad de Sardis era una ciudad muy mundana y llena de idolatría, y parece que la iglesia de Sardis había sido afectada por su alrededor. La carta empieza con unas palabras que buscan despertar a la iglesia de Sardis, “Yo conozco tus obras”, Jesús ha estado viendo esta iglesia en todo momento, nada se ha escapado de su vista, aun cuando ellos se descuidaban, Jesús conocía bien cada detalle de sus vidas. Las siguientes palabras muestran lo que Jesús encuentra en la iglesia de Sardis: “Tienes nombre de que vives pero estás muerto”, una iglesia conocida por una vida espiritual vibrante ha llegado a ser una iglesia muerta. Tiene fama de tener un corazón ardiente para Cristo, pero ha llegado a ser una iglesia con un corazón congelado. La condición de la iglesia de Sardis es muy parecida a la de los fariseos en el tiempo de Jesús, “!!Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque sois semejantes a sepulcros blanqueados, que por fuera, a la verdad, se muestran hermosos, mas por dentro están llenos de huesos de muertos y de toda inmundicia.”(Mateo 23:27). Los fariseos eran personas que tenían vidas que parecían bonitas y santas pero por dentro tenían corazones muertos. A través del tiempo, la iglesia de Sardis había llegado a este mismo punto. Estaba cerca de llegar a ser una iglesia solo de nombre. Es muy fácil caer en el mismo pecado de los fariseos y de Sardis, es muy fácil desarrollar el nombre de una persona entregada y santa y por dentro estar muy lejos de Dios.
Desafio y Aplicación
Ahora te invito a preguntarte lo siguiente: ¿cómo está tu vida?, ¿vives para tener un nombre reconocido por otros o vives para glorificar a Dios?, como humanos siempre es una tentación mostrar santidad exterior sin tener una interior. Tendemos a cambiar nuestro exterior porque es algo que podemos hacer en nuestras propias fuerzas, nos olvidamos que Dios sabe cada cosa que pensamos y hacemos, y conoce nuestras obras. Un cambio interno requiere la obra de Dios en nosotros, requiere que nos humillemos y rindamos nuestra propia voluntad ante la de Dios. Así como la iglesia de Sardis, es fácil empezar bien, con mucha vida y luego nos descuidamos y comenzamos a perder nuestra pasión por Dios. Evalúa tu vida hermano, ¿Has dejado que tu vida interior, espiritual, la que nadie ve, disminuya?, ¿cuales son las áreas que Dios quiere que cambies de tu vida interior?