Devocional Familiar:
Leer Josué 22, orar y cantar juntos
Devocional Personal: Nehemías 3:21-26
21Tras él restauró Meremot hijo de Urías hijo de Cos otro tramo, desde la entrada de la casa de Eliasib hasta el extremo de la casa de Eliasib. 22Después de él restauraron los sacerdotes, los varones de la llanura. 23Después de ellos restauraron Benjamín y Hasub, frente a su casa; y después de éstos restauró Azarías hijo de Maasías, hijo de Ananías, cerca de su casa. 24Después de él restauró Binúi hijo de Henadad otro tramo, desde la casa de Azarías hasta el ángulo entrante del muro, y hasta la esquina. 25Palal hijo de Uzai, enfrente de la esquina y la torre alta que sale de la casa del rey, que está en el patio de la cárcel. Después de él, Pedaías hijo de Faros. 26Y los sirvientes del templo que habitaban en Ofel restauraron hasta enfrente de la puerta de las Aguas al oriente, y la torre que sobresalía
Sirviendo a nuestros hermanos
El día de ayer hablamos de cómo la fidelidad y la obediencia no están determinada por la tarea asignada o el estatus social de una persona. Como creyentes estamos llamados a servir y obedecer con humildad. En los siguientes versos vemos a Meremot el hijo de Urias hijo de Cos hace su reaparición en el proyecto. La primera vez no sabemos específicamente en que área del muro trabajo, pero ahora lo vemos trabajando hasta el extremo de casa del sacerdote Eliasib. Si bien recordamos, Eliasib fue uno de los primeros en levantarse a construir el muro junto con sus hermanos sacerdotes. Luego el autor nos dice que después de que ellos restauraron, Benjamín y Hasub reconstruyeron frente a sus casas, luego Azarias hijo de Maasias también restauro cerca de su casa y Palal hijo de Uzai restauro la Torre alta que sale de la casa del rey. ¿Notaste algo interesante? Cada una de estas personas estaba restaurando el área cerca de la casa de alguien más dentro de la misma ciudad donde vivían. En lugar de ocuparse de su propia casa, estaban deseoso de ayudar a construir el muro para la casa de otros. Hubiese sido muy fácil para ellos el simplemente poner atención y reconstruir cada uno el área de su propio hogar, pero en lugar de eso cada uno se aseguraba de reconstruir el muro cerca de la casa de su hermano. ¡Que hermosa imagen!
Una de las bendiciones que tenemos como cristianos es formar parte de una comunidad de hermanos en Cristo. El convivir entre hermanos y servir al Señor juntos es un privilegio. Al servirnos juntamente los unos a los otros veremos cómo los lasos de amistad y hermandad se fortalecen, todo esto porque somos una familia unida en Cristo.
Desafio y Aplicación
Como familia servimos a nuestros hermanos cuando procuramos protegerlos de los ataques de los enemigos. Te animo a reflexionar en las siguientes preguntas: ¿El día de hoy, como puedes bendecir la vida de tus hermanos y hermanas? ¿Cómo podemos ser intencionales en servir aquellos que forman parte de nuestra comunidad y cuerpo de Cristo? Te animo a comenzar orando por tu hermano y hermana en Cristo, pidiéndole a Dios que te ayude a servirles en amor y humildad.