Devocional Familiar:
Leer 2 Reyes 2, orar y cantar juntos
Devocional Personal: Mateo 1:1
“Libro de la genealogía de Jesucristo, hijo de David, hijo de Abraham.”
Jesús, Hijo y Promesa a Abraham
Mateo en estos primeros 17 versículos está narrando directamente el linaje de Jesús. Mateo comienza con esta genealogía para comprobar a sus lectores de que Jesús es descendiente de Abraham en la carne. Esto es muy importante debido a que Jesús públicamente declaraba ser el Mesías y Salvador de Israel. Muchas veces los fariseos y saduceos lo llamaban “samaritano” para insultarlo y hacerlo ver mal, pero Mateo da la evidencia genuina e irrefutable de que Jesús es hijo de Abraham.
Mas allá de que Jesús es descendiente de Abraham recordemos que Jesús mismo es el cumplimiento de la promesa hecha a Abraham en Genesis 22:17-18 “17 de cierto te bendeciré, y multiplicaré tu descendencia como las estrellas del cielo y como la arena que está a la orilla del mar; y tu descendencia poseerá las puertas de sus enemigos. 18 en tu simiente serán benditas todas las naciones de la tierra, por cuanto obedeciste a mi voz.”
Dios prometió a Abraham que su decendencia seria inmensamente grande de tal manera que no se podría contar y que por medio de ella todas las naciones serian bendecidas. Jesucristo es el cumplimiento de esta promesa, por cuanto solo por medio de Jesús el mundo tiene entrada a la Salvación de Dios, Pablo lo explica así en Gálatas 3:16, “16 Ahora bien, a Abraham fueron hechas las promesas, y a su simiente. No dice: Y a las simientes, como si hablase de muchos, sino como de uno: Y a tu simiente, la cual es Cristo.” Solo y exclusivamente por medio de Cristo podemos formar parte del pueblo de Dios, Mateo 1 nos ayuda a entender de qué Jesús es Hijo de Abraham, pero al mismo tiempo es la promesa cumplida a Abraham. Por lo tanto, solo por medio de Jesús pueden ser bendecidas Israel y todas las naciones y esto mediante las buenas nuevas de salvación del evangelio.
Desafio y Aplicación
Meditemos hermanos en lo grandioso y perfecto que es el plan de Dios para salvarnos. Dios pensó en todos nosotros, incluso antes de que naciéramos Él ya había predeterminado el hacernos parte de su pueblo. Efesios 1:3-4 “3 Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo, 4 según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él,”