Devocional Familiar:
Leer 1 Samuel 12, orar y cantar juntos
Devocional Personal: Lucas 10:25-27
“25 Y he aquí un intérprete de la ley se levantó y dijo, para probarle: Maestro, ¿haciendo qué cosa heredaré la vida eterna?, 26 Él le dijo: ¿Qué está escrito en la ley? ¿Cómo lees? 27 Aquél, respondiendo, dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con todas tus fuerzas, y con toda tu mente; y a tu prójimo como a ti mismo.”
Amarás al Señor tu Dios
Ayer, lunes, hablamos sobre la importancia de reconocer que el conocimiento de quién es Dios depende de la gracia que Él tiene con nosotros; pero que al mismo tiempo debemos evaluar nuestro corazón y tener una actitud humilde y enseñable hacia el Señor porque Él es nuestro maestro. Entonces, volviendo a la escena del interprete de la ley y Jesús, vemos que detrás de la pregunta, "¿haciendo qué cosa heredaré la vida eterna?", existía un anhelo de saber si faltaba algo más a parte del cumplimiento de la ley. La frase “haciendo que cosa” nos deja entender la tendencia a auto imponernos acciones que nos traigan una recompensa. Pero en este caso Jesús con su sabiduría responde con dos preguntas, “¿Qué está escrito en la ley? ¿Cómo lees?”. Jesús sabía que el interprete conocía la ley. El punto de Jesús nunca fue que el interprete añadiera algo a la ley, sino que sus ojos fueran abiertos para entender la ley.
Entonces, el interprete responde “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con todas tus fuerzas, y con toda tu mente; y a tu prójimo como a ti mismo”, lo interesante de esta respuesta es que la primera vez que se escucha esas palabras en Deuteronomio 6:4-8, donde Moisés empieza diciendo al pueblo de Israel el Shema, en otras palabras “Oye, Israel”. Este Shema hace la invitación de prestar atención y cuidado a lo que se dirá, como algo de suma importancia. Lo que Moisés menciona es “Jehová nuestro Dios, Jehová uno es. Y amarás a Jehová tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas. Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón; y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes”. Moisés le dice al pueblo que su único Dios es Jehová y que amarlo debe ser su prioridad en sus decisiones, emociones, intelecto, deseos y más. Moisés recalca que esa prioridad debe ser colocada en sus corazones y que ellos debían compartir eso con sus hijos todo el tiempo. Reconocer a Jehová como su único Dios y amarlo sigue siendo la prioridad de la iglesia.
Desafio y Aplicación
En Mateo 22:37-40, Jesús dice que la ley y los profetas dependen de dos mandamientos, amar al Señor y amar al prójimo. Quiero invitarte el día de hoy a reflexionar si estás mirando al Señor como tu único Dios y preguntarte si cada área de tu vida refleja que Dios es tu Señor. Quiero invitarte a no solamente decir que amas al Señor sino vivirlo mientras te relacionas con otras personas. Oremos por una persona que conocemos que aun necesita mirar al Señor con ojos de entendimiento, hablemos con una persona que conocemos sobre el amor que Dios tiene por ellos al enviar a su Hijo, pidamos perdón si nuestras vidas no están reflejando un amor genuino a Dios y al prójimo. Hallemos la gracia en el trono de Dios, al acercarnos libremente y seamos libres de amarnos a nosotros mismos y buscar ser nuestro señor.