Devocional Familiar:
Leer 1 Samuel 11, orar y cantar juntos
Devocional Personal: Lucas 10:25
“25 Y he aquí un intérprete de la ley se levantó y dijo, para probarle: Maestro, ¿haciendo qué cosa heredaré la vida eterna?”
Jesús es nuestro maestro.
Esta semana meditaremos en la parábola del buen samaritano. Tal vez has escuchado varias versiones de esta parábola o esta puede ser tu primera vez. Quiero animarte a leer el texto como si fuera la primera vez que lo haces, y permitas que el anhelo por saber más sobre el carácter de Cristo sea parte de tu meditación con el texto. Lucas ha relatado en el capitulo diez sobre varias cosas, entre estas cuando Jesús envía a los setenta a la misión a las ciudades como una anticipación de la llegada de Jesús y les pide entrar en casas de paz, sanar enfermos y decir "Se ha acercado a vosotros el reino de Dios". Después Lucas explica que los enviados de Jesús tenían autoridad porque Jesús tiene la autoridad del Padre, quien lo envió. Finalmente, Lucas relata el regreso de los setenta, el gozo y asombro que tenían por todo lo que habían visto en el poder de Dios, en ese punto es cuando Jesús se regocija en el Espíritu y alaba al Padre porque ha revelado cosas que para sabios estaban ocultas, porque fue la voluntad del Padre hacerlo (v.21). Jesús aclara que quien conoce al Hijo, conoce al Padre y lo que el Padre desea revelar, y que Dios hizo posible que los discípulos vean y oigan cosas que aun profetas y reyes desearon ver y oír y no pudieron (vv.22-24).
En este contexto un interprete de la ley, se levanta y habla con Jesús para probarlo, aun la palabra probarlo puede ser mal interpretada, pero la pregunta era sincera. Si vemos el contexto Jesús estaba diciendo que algo grande estaba siendo revelado ante personas que no estaban estudiando la ley como los expertos. Podría creer que la pregunta en mi cabeza sería ¿qué saben ellos, que yo no sepa?, y la pregunta de este interprete empieza reconociendo a Jesús como maestro y después apuntando a un esfuerzo que tal vez el podría hacer. El dice: "Maestro, ¿haciendo qué cosa heredaré la vida eterna?".
Desafio y Aplicación
Hay tres cosas que podemos recordar de esta introducción a nuestra parábola. Primero, el Señor se regocija a ver qué el Padre abre los ojos de sus hijos para conocerle. Segundo, no importa cuánto creemos saber sobre Dios y su reino, siempre hay algo nuevo que aprender del Maestro. Tercero, aun cuando nuestras preguntas estén enfocadas en como podemos ser "mejores" o cómo podemos "ganar" alguna cosa de parte de Dios; el Señor esta dispuesto a corregir nuestra pregunta y darnos la respuesta. Por lo que quiero invitarte a meditar en que no son nuestros esfuerzos los que nos acercan al Señor a conocerlo más, es su gracia; y al mismo tiempo somos responsables por reconocerlo como maestro y acercarnos con cualquier pregunta que tengamos, con un corazón humilde y dispuesto a ser enseñado. Te desafío en meditar y responder las pregunta ¿Reconozco al Señor como mi maestro? ¿Qué estoy aprendiendo del Señor hoy?