Devocional Familiar:
Leer Ester 2, orar y cantar juntos
Devocional Personal: 2 Timoteo 4: 17-18
“17 Pero el Señor estuvo a mi lado, y me dio fuerzas, para que por mí fuese cumplida la predicación, y que todos los gentiles oyesen. Así fui librado de la boca del león.
18 Y el Señor me librará de toda obra mala, y me preservará para su reino celestial. A él sea gloria por los siglos de los siglos. Amén”.
Dios no nos desampara.
Ayer estuvimos meditando en los sufrimientos que Pablo tuvo que pasar por predicar la Palabra de Dios; vimos como Pablo testifica con sus propias palabras muchas de las cosas que tuvo que pasar e incluso mientras escribía esta carta se encontraba encarcelado y que Alejandro el calderero le estaba tratando mal, verdaderamente todas las situaciones que Pablo vivió hubieran sido suficientes para hacer rendirse a cualquiera, es decir; cualquier persona al ser tratado de esta manera y al pasar por todas estas circunstancias podría tirar la toalla y rendirse, la pregunta debería ser: ¿Por qué Pablo no se rindió a pesar de pasar por toda estas tribulaciones?, ¿Era acaso Pablo tan solo alguien a quien le gustaba infringir dolor en su vida solo por gusto?, ¿O era demasiado necio al preferir pasar por tribulaciones debido al predicar que detenerse? Bueno, la respuesta a esto nos la da Pablo en el versículo 17 y 18, si recordamos en el versículo 16 Pablo menciona que en su “primera defensa ninguno estuvo a mi lado, sino que todos me desampararon” Pablo menciona esto sin remordimiento alguno pero reconoce que los que lo acompañaban en su primera defensa ante el juzgado Romano lo abandonaron y prefirieron salvar su propia vida y libertad antes de ser apresados con Pablo, si bien en este sentido Pablo estaba solo, verdaderamente él no necesitaba de nadie más pero del Señor quien nunca lo abandonó; esto hermano es la verdadera razón por la que Pablo pudo pasar y afrontar toda clase de tribulación y aflicción.
Dios le dio fuerzas a Pablo en cada uno de sus problemas y en el versículo 17 él lo dice claramente “el Señor estuvo a mi lado” si bien sus seguidores lo abandonaron Dios nunca lo hizo y no solamente no lo abandono pero también Pablo dice “me dio fuerzas, para que por mí fuese cumplida la predicación, y que todos los gentiles oyesen” Dios estando en control de todo y permitiendo que Pablo pasara por estas tribulaciones, Él también le dio fuerzas a Pablo para cumplir con su propósito y obrar para gloria de Él, incluso siendo llevado para su muerte Pablo sabía que el Señor estaría ahí con él, en el versículo 18 Pablo no hace otra cosa pero mostrar que
su confianza está en el Señor y que él sabe que el Señor lo librará de toda obra mala, pero no solo librarlo sino también él lo preservará para su gloria y su Reino, si bien sabemos que al final Pablo es asesinado esto no quiere decir que el Señor lo desamparó, como mencionamos anteriormente; Pablo sabía que Dios estaría con él incluso en su propia ejecución, pero él se encontraba en paz porque sabía que Dios en su soberanía permitiría esto, Pablo sabiendo y entendiendo esto bendice al Señor y dice: “A él sea gloria por los siglos de los siglos. Amén.” Pablo no puede hacer otra cosa, pero bendecir a Dios por su fidelidad y su soberanía.
Desafio y Aplicación
Así como Pablo hermanos a lo largo de la historia muchos creyentes soportaron tribulaciones y angustias por predicar el Evangelio de Jesucristo, hoy en día muchos misioneros y creyentes están siendo apresados, asesinados y perseguidos por predicar de Cristo, oremos por ellos y pidamos al Señor que, así como nunca desamparo a Pablo nunca desampare a sus obreros y a su Iglesia y tengamos por seguro que Dios nunca nos desamparara sin importar que las cosas parezcan ir mal.
Mateo 28: “19 Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; 20 enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén.”