Devocional Familiar:
Leer Juan 1, orar y cantar juntos
Devocional Personal: Lucas 1:74-75
"Que, librados de nuestros enemigos, Sin temor le serviríamos en santidad y en justicia delante de él, todos nuestros días.”
El regalo de vivir en santidad
Dentro de la alabanza de Zacarías se encuentra esta poderosa oración que anhela santidad. Zacarías alaba a Dios porque ha cumplido sus promesas. Y su promesa incluía el ser librado de nuestros enemigos. Alegrarse por ser librado de los enemigos no tiene nada de raro o especial. Todos los seres humanos se alegran de esto. Lo raro es lo que viene después. La razón por la que queremos ser librados de nuestros enemigos es porque entonces podremos servir en santidad sin temor y en justicia delante de Dios. Aquí Zacarías esta expresando el anhelo ferviente de su corazón de vivir en santidad “todo nuestros días.”
El pueblo cristiano debe redescubrir una pasión por la santidad. La santidad no es una búsqueda fría, legalista y amargada de portarse bien. Al contrario, la santidad es buscar una vida llena de gozo en Dios, de libertad del pecado, y de amor abundante por Dios y por el prójimo. La santidad produce paz, produce reconciliación, produce risas y danzas de alegría, la santidad es comunión con Dios. La santidad es participación en el gozo de Dios. La santidad es caminar de la mano con Jesús. La santidad es ser lleno del Espíritu y ser guiado diariamente por su palabra. Lamentablemente, el pueblo cristiano ha olvidado lo que significa la verdadera santidad y por eso ve al tema con desprecio y con sospecha.
No seas tu olvidadizo. No ignores la gloria de esta doctrina. La santidad es la esencia del corazón cristiano. Sin santidad nadie vera al Señor, es cierto. Sin embargo, sin santidad nadie desearía ver al Señor. Corazones sin amor a la santidad no pueden amar al Dios Santo, Santo, Santo. Corazones que aman el pecado desean que Dios este lejos, que no los vea, que no los juzgue, que no les hable. Pero tu, amado cristiano, ama la santidad. Vive en pureza. Anhela una vida moldeada por el Espíritu Santo.
Desafio y Aplicación
Te desafío a imitar a Zacarías y su alabanza. Te desafío a anhelar la santidad. Te desafío a orar a Dios rogando por mas santidad en tu vida. mas obediencia. Mas amor. Mas paciencia. Mas fruto del Espíritu.