Devocional Familiar:
Leer Números 12, orar y cantar juntos
Devocional Personal: 1 Tesalonicenses 3:5
“Por lo cual también yo, no pudiendo soportar más, envié para informarme de vuestra fe, no sea que os hubiese tentado el tentador, y que nuestro trabajo resultase en vano.”
Cuidado pastoral
En este versiculo, Pablo le está diciendo a la iglesia que el tuvo la necesidad de enviar a Timoteo para saber cómo estaba la fe de los cristianos de Tesalónica. El queria asegurarse de que el tentador, es decir el diablo no habia tentado y desviado a los creyentes en la iglesia. El apóstol quería evitar a toda costa que los creyentes olvidaran todas sus ensenanzas y se confundieran en sus creenecias. Pablo habia invertido mucho tiempo y amor en esta obra para la gloria de Dios.
En medio de atribulación, siempre seremos tentados de una forma u otra, por eso es sumamente importante que permanezcamos firmes en la fe. Pablo sabía esto y por eso se preocupaba por la fe de sus hermanos y hermanas de la iglesia de Tesalónica. Tenemos que recordar que Pablo estaba pasando por unas persecuciones fuertes y eso podía crear miedo entre la congregación y hasta desviar el enfoque de algunos de los hermanos.
De la misma forma que el apóstol se preocupaba por los tesalonicenses, nuestros pastores se preocupan por nuestro caminar en la fe. De una forma u otra siempre están pendientes de cada miembro de la iglesia para que no pierdan el enfoque en Cristo. Por eso un buen pastor debe mantenerse fiel en la Palabra para poder dar buen testimonio a la congregación. Aun en tribulación, manteniéndose firme en Cristo, igual que lo fue Pablo.
Desafio y Aplicación
Meditemos en los siguientes versículos mientras reflexionamos y oramos por las vidas de los pastores que Dios ha puesto en nuestra iglesia.
“Obedeced a vuestros pastores y sujetaos a ellos, porque ellos velan por vuestras almas, como quienes han de dar cuenta. Permitidles que lo hagan con alegría y no quejándose, porque eso no sería provechoso para vosotros.” (Hebreos 13:17)
“Tengan cuidado de sí mismos y de todo el rebaño sobre el cual el Espíritu Santo los ha puesto como obispos para pastorear la iglesia de Dios, que él adquirió con su propia sangre.” (Hechos 20:28)
“Cuiden como pastores el rebaño de Dios que está a su cargo, no por obligación ni por ambición de dinero, sino con afán de servir, como Dios quiere. No sean tiranos con los que están a su cuidado, sino sean ejemplos para el rebaño.” (1 Pedro 5:2-3)