Devocional Familiar:
Leer Esdras 2, orar y cantar juntos
Devocional Personal: Romanos 6:1-2
“¿Qué, pues, diremos? ¿Perseveraremos en el pecado para que la gracia abunde? En ninguna manera. Porque los que hemos muerto al pecado, ¿cómo viviremos aún en él?”
RESUCITADOS CON CRISTO
Esta semana hemos estudiado los resultados de la resurrección para el cristiano. En este pasaje en Romanos vemos que Pablo nos enseña como la resurrección cambia nuestro entendimiento del pecado. En el versículo 2 que acabamos de leer, Pablo dice que hemos muerto al pecado, y sigue en los versículos 5 y 6, “Porque si fuimos plantados juntamente con él en la semejanza de su muerte, así también lo seremos en la de su resurrección; sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente con él, para que el cuerpo del pecado sea destruido, a fin de que no sirvamos más al pecado.” Nosotros somos unidos a Jesús en su muerte, esto quiere decir que nuestro viejo hombre, aquella parte de nosotros que anhelaba pecar y seguir su propio camino, fue crucificado con Cristo. El viejo hombre ya no tiene poder sobre nosotros. Pero Pablo añade otra verdad que se conecta con la resurrección de Jesús, así como somos muertos a nuestro pecado por la muerte de Jesús, de igual manera en la resurrección de Jesús hemos recibido la vida para poder vivir para él. Dice en el versículo 11, “Así también vosotros consideraos muertos al pecado, pero vivos para Dios en Cristo Jesús, Señor nuestro.” La muerte de Jesús quita el poder del pecado sobre nosotros y la resurrección de Jesús nos da la garantía de que podremos vivir en una manera que agrada a Dios.
Desafio y Aplicación
En el versículo 11, Pablo nos dice que debemos considerarnos muertos al pecado, pero vivos para Dios. Es importante notar lo que él no dice, él no dice que tenemos que matar el pecado y forzarnos a vivir para Dios. Pablo está enseñando que ya somos muertos al pecado. Dios ya nos ha liberado del pecado, nuestro trabajo es entender y aplicar una verdad que ya está hecha, somos libres del pecado. Y continúa en el versículo 13, “ni tampoco presentéis vuestros miembros al pecado como instrumentos de iniquidad, sino presentaos vosotros mismos a Dios como vivos de entre los muertos, y vuestros miembros a Dios como instrumentos de justicia.” El segundo mandato es que no presentemos nuestros cuerpos como instrumentos para el pecado. El versículo 22 dice que hemos sido liberados del pecado y hechos siervos de Dios, eso quiere decir que nuestros cuerpos no son nuestros, sino que son de Dios pero aun así nosotros podemos decidir prestar nuestro cuerpo para el uso del pecado. Para concluir, Pablo quiere decir que hemos sido librados del pecado, hemos sido resucitados a una vida con Cristo, hemos sido comprados para dar nuestras vidas para Cristo. Nuestro trabajo es vivir conforme a estas verdades. Aceptalas y regocíjate en la libertad que tienes en Cristo. Esto nos puede dar paz como cristianos porque podemos descansar en el hecho de que Jesús ha quitado el poder del pecado. Solo tenemos que creer por fe lo que Dios ya ha hecho y vivir en esa verdad.