Devocional Familiar:
Leer 2 Crónicas 36, orar y cantar juntos
Devocional Personal: 1 Corintios 15:54-58
“Y cuando esto corruptible se haya vestido de incorrupción, y esto mortal se haya vestido de inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra que está escrita: Sorbida es la muerte en victoria. ¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón? ¿Dónde, oh sepulcro, tu victoria? ya que el aguijón de la muerte es el pecado, y el poder del pecado, la ley. Más gracias sean dadas a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo. Así que, hermanos míos amados, estad firmes y constantes, creciendo en la obra del Señor siempre, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es en vano”.
TU TRABAJO NO ES EN VANO
Ayer vimos que la resurrección de Jesús nos da seguridad de nuestra resurrección en el futuro. Primero, esto nos puede dar paz en el hecho de que si somos cristianos, aunque vamos a morir, tan pronto como morimos vamos a estar en la presencia del Señor. En 1 Corintios 15:58, Pablo también explica otra cosa que esta verdad debe de producir en nosotros, él dice, “Así que, hermanos míos amados, estad firmes y constantes, creciendo en la obra del Señor siempre sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es en vano.” Él dice que la victoria de Jesús sobre la muerte debe de impulsarnos a ser firmes y constantes en la obra del Señor. Debe resultar en una consistencia entre nuestra fe y nuestro diario andar. ¿Por qué? Porque sabemos que trabajamos para un Dios eterno y un Dios con quien vamos a pasar toda la eternidad. Dice en Juan 6:27, “Trabajad, no por la comida que perece, sino por la comida que a vida eterna permanece, la cual el Hijo del Hombre os dará; porque a éste señaló Dios el Padre.” Nuestra resurrección cambia la perspectiva de nuestras vidas. Jamás estamos viviendo para este mundo, para disfrutar nuestro tiempo aquí. En cambio, sabemos que tendremos una vida eterna con Dios y mientras que esperamos para eso, nos ocupamos en vivir para él.
Desafio y Aplicación
La verdad de una eternidad con Dios debe afectar el cómo vivimos hoy. Nosotros aun como cristianos tenemos una tendencia fuerte de enfocarnos tanto en los problemas del día a día que nos distraemos de nuestra mayor responsabilidad que es vivir para Dios. Pensamos tanto a corto plazo que nos olvidemos del largo plazo. La eternidad pone en perspectiva todo de esta vida. La dificultad de levantarse un poco más temprano para leer la Biblia en la mañana o el reto de responder con paciencia y amor a tus compañeros de trabajo cuando hablan mal de ti o la preocupación de perder tu trabajo o chocar tu carro se vuelve más pequeño cuando vivimos en la luz de una eternidad con Cristo. Así que hermanos, anímense. Tu trabajo en el Señor no es en vano. Dios nos va a librar de este mundo lleno de tristeza y dolor para pasar una eternidad con él.