Devocional Familiar:
Leer Éxodo 28, orar y cantar juntos
Devocional Personal: Galatas 4:24-26
“Lo cual es una alegoría, pues estas mujeres son los dos pactos; el uno proviene del monte Sinaí, el cual da hijos para esclavitud; éste es Agar. Porque Agar es el monte Sinaí en Arabia, y corresponde a la Jerusalén actual, pues ésta, junto con sus hijos, está en esclavitud. Más la Jerusalén de arriba, la cual es madre de todos nosotros, es libre.”
Un pacto cumple el otro
El apóstol Pablo nos explica que estos versículos tienen un sentido simbólico, cada mujer representa un pacto diferente. El apóstol se refiere al pacto de ley mosaica y el pacto de Abraham que se cumple en Cristo. Agar, la mujer esclava que le dio un hijo a Abraham por voluntad humana representa el pacto de la ley mosaica que fue dada en el monte Sinaí. Ella fue la madre de los que habrían de ser esclavos. Pero la esposa de Abraham le dio el hijo de la promesa de Dios, y ella representa a la Jerusalén celestial, madre de los que serán libre. Sara representa el cumplimiento de la promesa de Dios a Abraham. Esta es la salvación por gracia mediante la fe que obtenemos en Cristo, la simiente de Abraham.
Una de las lecciones mas importantes que aprendemos de este pasaje es que estos dos pactos representan dos estilos de vida opuestos. Vivir bajo la ley es esclavitud, pero vivir en el Espiritu es libertad. Vivir bajo la ley trae muerte, pero vivir en el Espiritu trae vida. Pablo contrasta al pueblo de Israel que desciende fiscimanete de Abraham, con el pueblo del Israel espiritual que se compone por todo aquel que cree en Cristo. El Israel natural vivio bajo la ley y seguia viviendo bajo la ley en el tiempo de Pablo. Mientras que los cristianos habian sido liberados del pecado en el Espiritu y podian disfrutar de una relacion con Dios en perfecta pureza y santidad por su union a Jesucristo.
Desafio y Aplicación
Jesús dijo: “No piensen que he venido a anular la ley, sino a darles cumplimiento” (Mateo 5:17). Jesús no vino a liberarnos para que vivamos en pecado, mas bien vino para cumplir la ley, librarnos de la condenación del pecado, y darnos el poder que necesitamos para vivir conociéndole y siguiéndole. ¿Cómo esta tu vida espiritual? ¿Realmente vives en la libertad de la santidad o sigues viviendo como esclavo del pecado y de la carne? Levántate y comienza a vivir con fe en Cristo y dependiendo del poder del Espíritu Santo que Cristo nos ha dado.