Devocional Familiar:
Leer Números 21, orar y cantar juntos
Devocional Personal: 1 Tesalonicenses 4:18
18Por tanto, alentaos los unos a los otros con estas palabras.
La Iglesia: Lugar De Aliento
Habiéndose Pablo ya dejado claro que los que durmieron en Cristo no están en desventaja respecto a los que viven, enfatizando que todos experimentaremos este glorioso regreso de Cristo y que nuestra esperanza está fundamentada en la verdad de la vida, muerte y resureccion de Jesus mismo, ahora nos instruye que esta es la base sólida para dar aliento los unos a los otros. Recordemos que esta carta es dirigida a una iglesia y comunidad de hermanos que aparte de Jesus quizás no hubiesen tenido unidad. Esta unidad que produce estar en Cristo nos hace familia y esta joven iglesia estaba estrechamente unidos por los lazos del amor. El amor que habían recibido de Dios y el amor que se tenían los unos por los otros. De ahí que, cuando uno estaba triste, todos se entristecían; cuando uno se regocijaba, todos se regocijaban. El aliento, entonces, es para todos y los miembros son llamados a alentarse los unos a los otros.
En San Juan 14, en un contexto relacionado con la partida de nuestro Señor Jesucristo, él dio a sus discípulos uno de los pasajes más famosos acerca de su ministerio actual y su regreso por los suyos. El Señor introdujo la enseñanza con la siguiente exhortación: “No se turbe vuestro corazón” (Juan 14:1). Enseguida, dio su promesa de ir a prepararles lugar (14:2) y volver a llevarlos dónde él estuviera (14:3). Sin lugar a duda, se sintieron muy consolados por esas bellas palabras salidas de la boca del Señor. En 1 Tesalonicenses 4:13–18 tenemos entonces esta escena parecida. Como hemos visto, se trata de la ausencia de unos creyentes en el Señor, de las promesas de Pablo en el sentido de que regresarían con Cristo en su venida, que antecederían a los vivos en la resurrección y tanto ellos como los arrebatados tendrían un encuentro glorioso con el Señor en el aire, para estar con él para siempre. Tales palabras son promesas muy alentadoras que calman y consuelan el corazón de los creyentes. La iglesia es donde Dios ha designado para que exista este tipo de relación de ánimo, amor, aliento y comunión sin igual en el mundo, pues es Cristo su fundamento, su centro y su cabeza.
Desafio y Aplicación
Como personas muchas veces esperamos que otros den el primer paso de amar y alentar a otros, pero como el cuerpo de Cristo, Pablo nos recuerda que somos llamados a dar a otros del amor que Dios ha puesto en nosotros. Por lo tanto, te animo hoy a ser de esperanza a otros y dar aliento a tu hermano y hermana, este es un privilegio que Cristo nos ha dado, el ser parte de su iglesia amada, el ser amado por El y amarle, y el amarnos los unos a los otros.