Devocional Familiar:
Leer 2 Samuel 3, orar y cantar juntos
Devocional Personal: Lucas 15:25-30
“25Y su hijo mayor estaba en el campo; y cuando vino, y llegó cerca de la casa, oyó la música y las danzas; 26y llamando a uno de los criados, le preguntó qué era aquello. 27Él le dijo: Tu hermano ha venido; y tu padre ha hecho matar el becerro gordo, por haberle recibido bueno y sano. 28Entonces se enojó, y no quería entrar. Salió por tanto su padre, y le rogaba que entrase. 29Mas él, respondiendo, dijo al padre: He aquí, tantos años te sirvo, no habiéndote desobedecido jamás, y nunca me has dado ni un cabrito para gozarme con mis amigos. 30Pero cuando vino este tu hijo, que ha consumido tus bienes con rameras, has hecho matar para él, el becerro gordo. 31Él entonces le dijo: Hijo, tú siempre estás conmigo, y todas mis cosas son tuyas. 32Mas era necesario hacer fiesta y regocijarnos, porque este tu hermano era muerto, y ha revivido; se había perdido, y es hallado.”
Una advertencia en contra del hermano mayor
En el día de voy veremos que a pesar de la celebración por el regreso del hijo menor no todos estaban alegres con la muestra de misericordia y amor del padre. Lo primero que el hermano mayor hace cuando se entera que su hermano había regresado fue enojarse, quedándose afuera de la celebración (Lucas 15:28). Que terrible la condición del hermano mayor, quien en vez de alegrarse con el regreso de su hermano se enojó y tuvo envidia. El hermano mayor tenia un corazón endurecido, incapaz de mostrar misericordia y amor. En sus acciones y palabras podemos apreciar la lamentable condición del hermano mayor.
Nuevamente vemos que es el padre quien sale a buscar a su hijo, pero este encuentro sería diferente al que acaba de ocurrir con el hijo menor. El hijo menor había llegado arrepentido, reconociendo que había pecado y no merecía ser llamado hijo, a este el padre le mostro misericordia recibiéndolo, vistiéndole y celebrando su regreso. Pero el hijo mayor estaba enojado y hablo palabras de la abundancia de su corazón diciendo a su padre: “Nunca he desobedecido ninguna orden tuya y nunca has celebrado esto”. En otras palabras, el hermano mayor se creía justo y superior a su hermano menor, señalando los pecados que había cometido este al padre. La condición del hermano mayor era la misma condición de los lideres religiosos y los fariseos de los días de Jesus, quienes se justifican ellos mismos y no reconocían su necesidad de misericordia para ser salvos. Es más, como el hermano mayor se enojaban cuando veían que Cristo se sentaba con los pecadores y publicanos. Ahora, ¿cómo reaccionas tu al ver que un hijo prodigo regresa al Padre? ¿Entraras a la celebración o te quedaras fuera enojado?
Desafio y Aplicación
Te exhorto hoy a examinar tu corazón. ¿Te identificas con el hijo prodigo en su arrepentimiento y humildad? ¿Eres como el hermano mayor quien se enoja cuando el Padre muestra misericordia? Al concluir esta semana ora por todos los hijos pródigos que faltan por llegar y se un buen hermano mayor quien celebra cuando el Padre muestra misericordia a un hijo prodigo. Prepara tu corazón para el domingo poder llegar en arrepentimiento si eres un hijo prodigo y en celebración si eres un hijo mayor.