Devocional Familiar:
Leer 1 Samuel 30, orar y cantar juntos
Devocional Personal: Lucas 15:15-16
“15Y fue y se arrimó a uno de los ciudadanos de aquella tierra, el cual le envió a su hacienda para que apacentase cerdos.16Y deseaba llenar su vientre de las algarrobas que comían los cerdos, pero nadie le daba.”
El hijo prodigo y su condición
En el día de ayer vimos como el hijo prodigo desperdicio su herencia, ahora él se encuentra en una provincia que no es la suya y “cuando todo lo hubo malgastado, vino una gran hambre en aquella provincia, y comenzó a faltarle.” Al llegar a pasar necesidad el texto de hoy nos dice que el hijo menor fue y se arrimo a uno de los ciudadanos de aquella tierra (v.15). ¿Notan la ironía? El hijo menor había despreciado a su padre y habiendo desperdiciado su herencia ahora se encontraba como extranjero y en necesidad de trabajo simplemente para poder comer. Para resaltar lo lamentable de su condición, vemos que el único oficio que había disponible para el ejercer era apacentar a los cerdos. Para nuestra cultura quizás esto no parezca tan grave, pero recuerden la audiencia que escuchaba esta parábola en los días de Jesus. Para los judíos los cerdos son animales inmundos y trabajar como apacentador de cerdos no solo sería un trabajo inferior, sino que seria considerado como un trabajo inmundo. El hijo ahora pasaba de una posición especial como hijo a una condición extremadamente indeseable como apacentador de cerdos.
El versículo 16 ayuda a resaltar lo desagradable que se había vuelto la condición del hijo, quien no solo tenía que trabajar como apacentador de cerdos, sino que era tanto el hambre que sentía que, “deseaba llenar su vientre de las algarrobas que comían los cerdos, pero nadie le daba.” Las algarrobas era unas semillas que comían los cerdos en ese entonces y el hijo prodigo perdió la abundancia de pan en casa de su padre y deseaba ahora saciar su hambre comiendo del mismo alimento de los cerdos. En esta escena de la condición del hijo prodigo podemos apreciar la condición de miseria espiritual de todo aquel que este apartado del Padre. Alejados del Padre mendigamos algarrobas, pero en casa del padre tenemos el verdadero pan de vida, Jesucristo. La condición del hijo prodigo nos recuerda la necesidad de la reconciliación con Dios y el perdón de nuestros pecados por nuestra fe en Jesucristo.
Desafio y Aplicación
Hermano y hermana, ¿cómo se encuentra su condición hoy día? ¿Has caído en una hambruna espiritual buscando satisfacerte con las algarrobas de este mundo? Si es así, arrepiéntete. Te desafío hoy a alimentarte de la palabra de Dios, creciendo como un discípulo de Jesus. Al dedicarte a conocer y seguir a Jesus sentirás gozo y paz en medio de cualquier situación, aún en medio de las aflicciones y pruebas. Además, podrás guiar a otros hambrientos al pan de vida por medio del evangelio de Cristo Jesus.