Devocional Familiar:
Leer Números 16, orar y cantar juntos
Devocional Personal: 1 Tesalonicenses 3:10
9 Por lo cual, ¿qué acción de gracias podremos dar a Dios por vosotros, por todo el gozo con que nos gozamos a causa de vosotros delante de nuestro Dios, 10 orando de noche y de día con gran insistencia, para que veamos vuestro rostro, y completemos lo que falte a vuestra fe?
La meta de la comunión cristiana
Según el equipo misionero, la intención de su visita a los tesalonicenses era la de completar lo que le faltaba a su fe.
¿Acaso a los tesalonicenses les faltaba algo en su fe? ¿Acaso no eran suficientemente maduros para que Pablo los dejara y siguiera con su llamado de plantar más iglesias? ¿No dijo Pablo que los tesalonicenses eran ejemplares en muchas áreas como iglesia?
Meditemos en lo ejemplar que era la iglesia de los tesalonicenses:
Primero, Pablo afirma que eran ejemplares en su fe, amor y esperanza (1:3). Segundo, Pablo afirma que eran ejemplares en su recepción de la palabra de Dios (1:5; 2:13). Tercero, Pablo afirma que eran ejemplares al compartir la palabra de Dios (1:8).
A pesar de ser una iglesia muy ejemplar, era una iglesia imperfecta. Esto era inevitable, dado que la santificación siempre es progresiva. Por lo tanto, Pablo y los misioneros reconocen la necesidad de completar lo que le falta a la fe de los tesalonicenses. Pablo y los misioneros reconocen la necesidad de enseñar más de la palabra de Dios.
De hecho, la iglesia de los tesalonicenses no era la única que necesitaba más de la palabra de Dios. Al final de su vida, Pablo mismo reconoce que necesitaba más de la palabra de Dios. Cuando estaba encarcelado y esperando su ejecución, Pablo le dice a Timoteo lo siguiente:
“13 Trae, cuando vengas, el capote que dejé en Troas en casa de Carpo, y los libros, mayormente los pergaminos” (2 Timoteo 4:13).
En otras palabras, Pablo le dijo a Timoteo que lo que más le hacía falta era la palabra de Dios, ya que la palabra de Dios habría estado escrita en los pergaminos.
Desafio y Aplicación
Si una iglesia tan ejemplar como los Tesalonicenses necesitaba más de la palabra de Dios y si el apóstol Pablo mismo necesitaba más de la palabra de Dios al fin de su vida, ¿quiénes somos nosotros para decir que ya no necesitamos más de la palabra de Dios?
Así como no dependemos de la alimentación física del año pasado para nuestro sostén físico ahora, tampoco podemos depender de la alimentación espiritual del año pasado para nuestro sostén espiritual. Necesitamos la palabra de Dios en todo momento. Te desafío a seguir cultivando la disciplina de acudir a la palabra de Dios todos los días.