Devocional Familiar:
Leer Números 15, orar y cantar juntos
Devocional Personal: 1 Tesalonicenses 3:9-10
9 Por lo cual, ¿qué acción de gracias podremos dar a Dios por vosotros, por todo el gozo con que nos gozamos a causa de vosotros delante de nuestro Dios, 10 orando de noche y de día con gran insistencia, para que veamos vuestro rostro, y completemos lo que falte a vuestra fe?
Añorando la comunión física
Nuestro texto del día de hoy dice que Pablo quería ver el rostro de los tesalonicenses. ¿Por qué Pablo no estaba conforme con la instrucción a la distancia? ¿Por qué Pablo no estaba conforme con la visita de Timoteo y la carta? ¿Por qué nosotros no estamos conformes con las reuniones virtuales en las que vemos nuestros rostros digitalmente?
Una de las razones por las que Pablo no estaba conforme con la comunicación mediante cartas es que los seres humanos somos más que almas. Como cristianos, tenemos una cosmovisión que entiende que el ser humano somos unidades psicosomáticas. Cuando los teólogos cristianos dicen que somos unidades psicosomáticas, están afirmando que el ser humano tiene alma y cuerpo. Cuando Cristo nos salva, no salva exclusivamente nuestras almas. Cuando Cristo nos salva, su salvación tiene implicaciones corporales.
De hecho, muchas de las herejías en la historia de la iglesia tienen una cosmovisión que enseña que hay una división entre nuestra alma y nuestro cuerpo. Enseñan que lo que realmente le importa a Dios es nuestra alma, pero nuestro cuerpo es algo malo del cual necesitamos despojarnos. Este tipo de filosofía se le llama el dualismo.
El primer problema con la filosofía dualista es que Génesis 1:31 dice que todo lo que Dios había hecho “era bueno en gran manera.” Al decir que todo era bueno, esto incluye nuestros cuerpos. En Génesis 3, el pecado entró y tuvo efectos espirituales y físicos. El segundo problema con el dualismo es que nuestro Salvador no vino solamente de una forma espiritual. Juan 1:14 nos enseña que Cristo “se encarnó y habitó entre nosotros.” Por lo tanto, nuestro Salvador tiene un cuerpo humano. El tercer problema con el dualismo es que Cristo nos salva tanto de las consecuencias físicas del pecado como las espirituales. 1 Corintios 15:21 nos habla de como Cristo nos salva de las consecuencias de Génesis 3: 21 Porque por cuanto la muerte entró por un hombre, también por un hombre la resurrección de los muertos.
Mientras el dualismo rechaza la importancia de nuestros cuerpos caídos, nuestro Salvador compró nuestras almas y cuerpos con su sangre. Nuestro Salvador pronto volverá corporalmente y nuestra esperanza según 1 Juan 3:2 es “que seremos semejantes a él, porque le veremos tal como él es.” En ese día, no solamente veremos a Cristo, sino que también veremos a todos los santos que él redimió. Mientras anhelamos ese día glorioso, también anhelamos el día en el cual podemos vernos cara a cara.
Desafio y Aplicación
Medita en la realidad de que Cristo compró tanto tu cuerpo como tu alma. Medita en el señorío de Cristo sobre tu cuerpo, y presenta tus miembros para servir a la justicia, como dice Romanos 6:19: “19 Hablo como humano, por vuestra humana debilidad; que así como para iniquidad presentasteis vuestros miembros para servir a la inmundicia y a la iniquidad, así ahora para santificación presentad vuestros miembros para servir a la justicia.”