Devocional Familiar:
Leer Job 14, orar y cantar juntos
Devocional Personal: Apocalipsis 2:18
“18 Y escribe al ángel de la iglesia en Tiatira: El Hijo de Dios, el que tiene ojos como llama de fuego, y pies semejantes al bronce bruñido, dice esto:”
“EL HIJO DE DIOS”
El mensaje que se le presenta a la Iglesia de Tiatira, siendo el más largo presentado a las otras iglesias, también es la única que comienza presentando “El HIJO DE DIOS” de una manera que expresa su identificación, así mismo, dentro de la carta de Apocalipsis también se encuentra Cristo en sus diferentes características, como por ejemplo, Apocalipsis 1:6 (NBLA): “E hizo de nosotros un reino sacerdotes para Dios, Su Padre, a él sea la gloria y el dominio por los siglos de los siglos. Amén”.
Esta carta debe de llamarnos la atención porque el mensaje a esta iglesia comienza haciendo énfasis en “Hijo de Dios”. Debido a la forma en que estaban viviendo, acomodándose a las formas de vida de pecado como la inmoralidad sexual, idolatría y toda clase de pecados, viviendo conforme al mundo y la moda de la época, Dios los lleva a ver a que “EL HIJO DE DIOS” murió en una cruz, derramó su sangre, fue sepultado y resucitó al tercer día para salvación de pecados.
En medio de la frivolidad en que la iglesia de Tiatira estaba viviendo, Dios da un énfasis a volver su mirada a lo que verdaderamente tiene valor para los que somos sus hijos y vencen en medio de un mundo corrupto y lleno de pecado. En este comienzo de la carta también se le da una característica a Cristo: “que tiene ojos como llama de fuego” (2:8b). Los ojos del “Hijo de Dios” quien es omnisciente, es decir, que conoce todas las cosas, que conoce el pensamiento y el corazón de cada ser viviente, a quien no le podemos esconder el pecado más secreto. Otra de las características que se mencionan en este comienzo es: “Y Sus pies son semejantes al bronce bruñido” (2:c). Algunos opinan que al ser el bronce en forma líquida, se presenta de una forma brillante y por eso lo compara con la naturaleza del camino luminoso de los pies de Cristo, lo cual denota firmeza inigualable. Por lo tanto, esto debe de llenarnos de consuelo a nosotros sus hijos, el saber que no hay nada oculto para “EL HIJO DE DIOS” que es un Dios soberano, firme e inmutable, que todo está bajo Su control.
Desafio y Aplicación
Te desafío el día de hoy a mirar la majestad del “EL HIJO DE DIOS” a quien no le podemos esconder nada y a quien le rendimos cuentas de nuestras vidas. No dejemos que lo que nos ofrece el mundo entre en nuestros hogares e iglesias sino que seamos perseverantes a caminar en santidad y defender la Novia de Cristo sin reservas, recordemos que es nuestra iglesia local también en el lugar donde El Señor nos a puesto. Que podamos vivir lo que dice la Palabra “El mundo pasa, y también sus pasiones, pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre” 1 Juan 17 (NBLA).