Devocional Familiar:
Leer Job 12, orar y cantar juntos
Devocional Personal: Apocalipsis 2:17
“El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. Al que venciere, daré a comer del maná escondido, y le daré una piedrecita blanca, y en la piedrecita escrito un nombre nuevo, el cual ninguno conoce sino aquel que lo recibe”.
Cristo es suficiente
Amados hermanos, hoy es el último día de la semana y en el cual terminaremos con el mensaje de nuestro Señor Jesucristo a la iglesia de Pérgamo, durante toda la semana hemos estado viendo como nuestro buen Dios le envía esta carta a la iglesia en Pérgamo para recordarles de que Él es su buen pastor, y como buen pastor cuida de su rebaño, nunca la desampara, es por esto que le recuerda sus buenas obras, pero también le reprende sobre sus pecados y descuidos, no para condenarla sino para animarla y llevarla al arrepentimiento, a uno genuino y verdadero.
En el versículo de hoy vamos a ver el mensaje final para la iglesia de Pérgamo, donde el Señor Jesús hace el llamado final a escuchar su palabras, palabras de vida, “...lo que el Espíritu dice a las iglesias…” pero no sólo la anima a escuchar su mensaje ratificando que es un mensaje divino sino que además les habla sobre una recompensa, lo que les será dado a los vencedores, aquellos que escuchen atentamente el mensaje de Dios, identifiquen sus pecados y se arrepientan de ellos, abandonandolos y creciendo así en santidad, para estos, los cuales el Señor llama vencedores, hay una recompensa, esta recompensa se describe así en el pasaje: “...Al que venciere, daré a comer del maná escondido, y le daré una piedrecita blanca, y en la piedrecita escrito un nombre nuevo, el cual ninguno conoce sino aquel que lo recibe”. El maná escondido se refiere a Cristo, Cristo es el maná escondido, Él es nuestro alimento que nos da vida, además el maná escondido también hace referencia a una invitación a la cena del Cordero, es decir el banquete del día final, con todos los redimidos y nuestro gran Señor, así mismo la piedrecita blanca, hace referencia a la entrada al banquete de campeones, esto es debido a que en esos tiempos, a los campeones de los juegos se les daba una piedrecita blanca, la cual era como un ticket para que pudieran entrar al gran banquete que hacían, el cual era solo para los campeones, y por último el nombre nuevo, hace referencia a nuestra nueva identidad en Cristo, un nuevo estatus de unión con Cristo. Si observamos cuidadosamente cada una de estas ilustraciones que Dios nos da en este pasaje, podemos ver como todas y cada una de ellas apuntan a nuestra comunión con Cristo, la invitación personal a la cena del cordero, al gran banquete de campeones, el recibir un nombre e identidad nueva, todo esto habla de nuestra comunión íntima con nuestro Señor Jesucristo. ¡Qué verdad más
importante es esta! Nuestra comunión con nuestro gran Salvador, es el gran glorioso resultado de su majestuoso plan de salvación, es gracias a su obra redentora que hoy podemos tener comunión con el Padre, es gracias a su infinita gracia, su muerte y resurrección que pasamos de tener un abismo entre Dios y los hombres a poder tener una comunión íntima. Cristo es el puente entre Dios y los hombres, el puente sobre ese gran abismo, y esto debe ser el todo para cada cristiano, cada creyente debe de tener a Cristo como su todo y suficiente. Suficiente en todo y para todo, más allá de los placeres temporales y pasajeros de este mundo, más allá incluso de nuestras relaciones sociales y personales, más allá de lo que hicimos y fuimos. Cristo es suficiente.
Desafio y Aplicación
En este día les invito amados hermanos a que nos examinemos a nosotros mismos y pensemos en qué estamos fallando, pidamosle a nuestro buen Dios que nos muestre todos nuestros pecados, aquellos que son evidentes para nosotros, pero también los que son ocultos para nosotros mismos, oremos para que nuestros corazones permanezcan en una búsqueda constante del arrepentimiento, que no sea un arrepentimiento emocional sino genuino, que abandonemos nuestros pecados, y así mismo que en nuestro corazón la verdad de la suficiencia de Cristo se mantenga firme y sonante, que sea una verdad inamovible en nuestras vidas, que nuestras vidas reflejen dicha verdad, y de esta manera amemos a nuestro Señor y nuestros hermanos como la Escritura nos demanda. Que nada en este mundo nos distraiga de la verdad que Cristo es suficiente en todo y en todos sus redimidos, los vencedores. Para terminar quiero compartir estas preguntas para que cada uno de nosotros reflexionemos, ¿Estas amando a Cristo y su iglesia?, ¿Eres parte de los vencedores que recibirán las recompensas de la comunión con Cristo?, ¿Es Cristo suficiente para ti?
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Este devocional es una adaptación del sermón de “Fieles a Cristo en la casa de satanás” de Apocalipsis 2:12-17 de la serie de “7 Iglesias: El mensaje de Apocalipsis 2-3”, predicado el domingo 23 de mayo de 2021 por el pastor Luis David Marín.