Devocional Familiar:
Leer Salmo 22:1-31, orar y cantar juntos
Devocional Personal: Salmo 22:1
“Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?¿Por qué estás tan lejos de mi salvación, y de las palabras de mi clamor?”
El milagro de la inspiración bíblica
El rey David vivió 1000 años antes de que Jesús naciera, muriera y resucitara. Sin embargo, el rey David escribió este salmo que expresa detalles específicos sobre la crucifixión del Mesías. ¿Cómo puede ser que supiera tales detalles sobre la cruz? El apóstol Pedro, en medio de su predicación, nos ayuda a entender que David era profeta. Pedro dijo: “Varones hermanos, se os puede decir libremente del patriarca David, que murió y fue sepultado, y su sepulcro está con nosotros hasta el día de hoy. Pero siendo profeta, y sabiendo que con juramento Dios le había jurado que, de su descendencia, en cuanto a la carne, levantaría al Cristo para que se sentase en su trono” (Hch 2:29-30)
Pedro nos dice aquí que David era profeta y también sabia que el pacto que Dios hizo con él prometía la venida de Cristo. ¿Acaso David vio la cruz de Cristo? ¿Acaso vio a nuestro Señor crucificado? Eso no lo podemos saber con seguridad. Sin embargo, sabemos que Dios uso a David para escribir proféticamente este salmo y para expresar verdades que sobrepasaban su propia experiencia, conocimiento y cultura. Dios lo usó para comunicar un salmo profético que hablaba de la cruz de Cristo con lujo de detalles. Este salmo realmente demuestra que la Biblia tiene dos autores. No solo los siervos de Dios, como David, sino que Dios mismo los guio, supervisó y encaminó a cada uno de sus siervos a escribir exactamente lo que Dios quería comunicar. En un sentido, este es el salmo de David, pero en otro sentido este es el salmo que Dios escribió.
Desafio y Aplicación
Te desafío a pensar en la Biblia que llevas contigo. La palabra de Dios. ¿Cuándo fue la ultima vez que le agradeciste a Dios por revelarse a si mismo al inspirar las Sagradas Escrituras? Te desafío a renovar hoy tu pasión por leer la Biblia y te desafío a animar a tus familiares a leer la Biblia cada día. Comienza ahora mismo leyendo el Salmo 22 completo.