Devocional Familiar:
Leer Éxodo 40, orar y cantar juntos
Devocional Personal: Galatas 5:19-21
19 Y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia,
20 idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías,
21 envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas; acerca de las cuales os amonesto, como ya os lo he dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios.
Los Frutos De La Carne
En este pasaje Pablo habla a los Gálatas acerca de las manifestaciones de las carne, es decir, el dominio del pecado en la vida de una persona. Si leemos esta lista de manifestaciones carnales nos damos cuenta de que entre ellas se encuentran algunas que son socialmente aceptables o consideradas como “normal”. Entre ellas esta: La lascivia, las enemistades, los pleitos, los celos, la ira, la envidia e incluso la borrachera. Lo que muchas veces incluso como cristianos pasamos por alto es la advertencia que Dios da a las personas que practican tales cosas: no heredaran el reino de los cielos. ¿Alguna vez habías considerado estas manifestaciones de la carne como algo digno de seriedad y arrepentimiento genuino?
Ahora déjame aclarar algo muy importante antes que sientas que perdiste tu salvación por haber sentido envidia o celos la semana pasada. Cuando Pablo dice “los que practican tales cosas no heredaran el reino de los cielos” hace alusión a una acción consistente o regular. Por lo tanto, se refiere a personas cuyas vidas son definidas o identificadas por tales acciones o que dichas practicas están presentes de manera permanente y sin convicción de pecado por parte de Espíritu Santo. Estas personas sufrirán estas consecuencias.
Desafio y Aplicación
Déjame preguntarte: ¿Has pensado que manifestaciones son evidentes en tu vida y caminar espiritual? Te invito a que tomes un tiempo para reflexionar y consideres todos los frutos de la carne como la seriedad que Pablo nos urge que tengamos. Te invito a que si estas batallado específicamente con alguno de estos frutos de la carne que no pierdas el tiempo tratando de vencer solo, pero que te acerques a un consejero bíblico o tu pastor para que juntos con la ayuda del Espíritu Santo puedan honrar a Dios a través de la obediencia.