Devocional Familiar:
Leer 2 Crónicas 18, orar y cantar juntos
Devocional Personal: 2 Timoteo 1:1-5
“[1] Pablo, apóstol de Jesucristo por la voluntad de Dios, según la promesa de la vida que es en Cristo Jesús, [2] a Timoteo, amado hijo: Gracia, misericordia y paz, de Dios Padre y de Jesucristo nuestro Señor. [3] Doy gracias a Dios, al cual sirvo desde mis mayores con limpia conciencia, de que sin cesar me acuerdo de ti en mis oraciones noche y día; [4] deseando verte, al acordarme de tus lágrimas, para llenarme de gozo; [5] trayendo a la memoria la fe no fingida que hay en ti, la cual habitó primero en tu abuela Loida, y en tu madre Eunice, y estoy seguro que en ti también?”.
Pablo saluda y agradece a Timoteo
En 2 Timoteo el tiempo ha pasado, ahora, Pablo está encarcelado en Roma (2 Ti 4:9-12) y anhela ver a Timoteo su querido hijo en la fe. Para Pablo es muy importante animar a Timoteo, ya que Pablo estaba seguro de que pronto terminaría su carrera en la tierra. Pablo había “peleado la buena batalla, acabado la carrera y guardado la fe” (2 Ti 4:7). Es por lo que en esta carta Pablo quiere animar y exhortar a Timoteo para que siga siendo fiel en el ministerio que Dios le ha encomendado. En 2 Timoteo 1:1-18 Pablo primero saluda y da gracias a Dios por la vida y ministerio de Timoteo (2 Ti 1:1-5). Luego le anima a permanecer con entusiasmo y valentía (2 Ti 1:6-7). Después le exhorta y anima a no avergonzarse de predicar el evangelio en medio del sufrimiento y oposición, tampoco a que no se avergüence de Pablo (2 Ti 1:8-12). Por último, le dice que guarde la sana doctrina, que sea leal, ya que muchos abandonaron a Pablo. Pablo hace énfasis a que Timoteo recuerde que Dios le ha encargado el trabajo y el Espíritu Santo le ayudará a hacerlo (2 Ti 1:13-18).
Imagínate por un momento que tu mentor está a punto de morir, es alguien que te ama como a un querido hijo y te exhorta, y anima a permanecer en Cristo para que des frutos en el ministerio que Dios te ha encomendado. Un pastor respecto a 2 Timoteo 1 dijo “que los requisitos para un ministerio con éxito no han cambiado, son: entusiasmo valiente, sufrimiento sin avergonzarse y lealtad espiritual”. En 2 Timoteo 1:1-3 Pablo le transmite este entusiasmo y amor a Timoteo, dice así: “[1] Pablo, apóstol de Jesucristo por la voluntad de Dios, según la promesa de la vida que es en Cristo Jesús, [2] a Timoteo, amado hijo: Gracia, misericordia y paz, de Dios Padre y de Jesucristo nuestro Señor. [3] Doy gracias a Dios, al cual sirvo desde mis mayores con limpia conciencia, de que sin cesar me acuerdo de ti en mis oraciones noche y día”. Hermoso amor como de un padre hacia un amado hijo. Pablo recuerda que es un apóstol de Jesucristo por la voluntad de Dios, así como Timoteo era pastor de Éfeso por la voluntad de Dios, también le recuerda que es un amado hijo en la fe y esto nos recuerda la autoridad que Pablo estaba afirmando en Timoteo, por otra parte, Pablo le recuerda que a pesar de la oposición y acusaciones en su contra, Pablo ha peleado bien la batalla y ha guardado la fe, ha terminado bien.
En seguida en 2 Timoteo 1:4-5 pablo sigue diciendo: “[4] deseando verte, al acordarme de tus lágrimas, para llenarme de gozo; [5] trayendo a la memoria la fe no fingida que hay en ti, la cual habitó primero en tu abuela Loida, y en tu madre Eunice, y estoy seguro que en ti también”. Ahora como un incentivo Pablo trae a la memoria la fe de sus familiares, y le recuerda que Dios lo ha llamado y salvado. Respecto a esto Juan Calvino dijo: “Las personas piadosas siempre se deleitan en recordar los dones de Dios. Pablo recuerda constantemente a Timoteo porque nunca lo olvida en sus oraciones”.
Desafio y Aplicación
Primero, recuerda que Dios te ha llamado y salvado, agradece a Dios por su misericordia y gracia. Segundo, agradece y ora a Dios por otros que también están sirviendo, ora por tu pastor, líderes, hermanos en la fe, familiares, etc. Agradéceles con palabras y recuérdales que estás orando por ellos para que Dios los sostenga y mantenga fieles, creciendo en amor y santidad. Por último, recuerda que Dios es quien te llamó y por el poder del Espíritu Santo que mora en ti, te ayudará a cumplir la obra y glorificar a Dios. No olvides que el que te llamó te sostendrá y protegerá. 1 Pedro 1:5 dice: “Mediante la fe ustedes son protegidos por el poder de Dios, para la salvación que está preparada para ser revelada en el último tiempo”.