Devocional Familiar:
Leer 2 Reyes 15, orar y cantar juntos
Devocional Personal: 1 Timoteo 1:8
“8Pero sabemos que la ley es buena, si uno la usa legítimamente”
La ley de Dios
La ley de Dios no es mala, nosotros somos malos y no podemos obedecer la ley del Señor a perfección. Esta verdad no es muy popular en el mundo, pero la Biblia es clara en enseñar que la ley de Dios es buena y perfecta, pero nosotros somos pecadores incapaces de cumplirla. Parece que durante el ministerio de Pablo había muchas preguntas sobre si la ley era buena, pues escribe en Romanos 7:7-8 (LBLA), “¿Qué diremos entonces? ¿Es pecado la ley? ¡De ningún modo! Al contrario, yo no hubiera llegado a conocer el pecado si no hubiera sido por medio de la ley; porque yo no hubiera sabido lo que es la codicia, si la ley no hubiera dicho: No codiciaras. Pero el pecado, aprovechándose del mandamiento, produjo en mí toda clase de codicia; porque aparte de la ley el pecado está muerto.” Por lo tanto, conocer la ley de Dios nos hace ver lo pecadores que somos.
La ley entonces sirve mostrando nuestra condición de pecado, porque cuando nos miramos ante la ley de Dios quedamos culpables por haberlo quebrantado. La ley revela nuestra miseria revelando no solo nuestro pecado sino también el merecido juicio y por haber infringido la ley de Dios. En Gálatas 3:10-11 (LBLA) Pablo resalta el rol de la ley, la consecuencia de maldición para aquellos que la quebranta y la esperanza del justo quien vive por la fe al decir, “Porque todos los que son de las obras de la ley están bajo maldición, pues escrito está: Maldito todo el que no permanece en todas las cosas escritas en el libro de la ley,, para hacerlas . Y que nadie es justificado ante Dios por la ley es evidente, porque El justo vivirá por la fe.”
Todo el que confía en que puede llegar al cielo a través de la obediencia a la ley ha errado al blanco y nunca lograra salvarse con la confianza en la obediencia la ley. Para nosotros poder llegar al cielo a través de la ley, primero tendríamos que haber nacido sin pecado, lo cual es imposible como declara el salmista, “He aquí, yo nací en iniquidad, y en pecado me concibió mi madre” (Salmo 51:5 LBLA), y segundo debemos cumplir toda la ley perfectamente, sin tropezar en ningún mandato, como dice, “Porque cualquiera que guarda toda la ley, pero tropieza en un punto, se ha hecho culpable de todos.” (Santiago 2:10 LBLA). Pero nuestra realidad es otra, porque todos hemos pecado contra el Dios Santo y justo, y “por cuanto todos pecaron y no alcanzan la gloria de Dios” (Romanos 3:23 LBLA). Esta realidad nos permite entonces ver la gloria del único y verdadero evangelio de Cristo Jesus. Solo Jesus nació en un cuerpo sin pecado. Solo Jesus vivió obedeciendo perfectamente la ley de Dios. Solo su vida, muerte y resureccion es suficiente y por eso es que solo en Jesucristo tenemos nuestra fe y esperanza.
Desafio y Aplicación
Te exhorto hoy a recordar el evangelio de Cristo y reconocer la bondad de la ley de Dios. El evangelio es las buenas nuevas de Jesucristo y a la luz de Jesus podemos ver más claramente que la ley de Dios es buena. Ahora que has puesto tu fe en Cristo, Dios mismo obrara en tu vida, haciendo crecer en ti la imagen de su Hijo Amado. Como nos dice 1 Juan 5:2-3 (LBLA), “En esto sabemos que amamos a los hijos de Dios: cuando amamos a Dios y guardamos sus mandamientos. Porque este es el amor de Dios: que guardemos sus mandamientos, y sus mandamientos no son gravosos.