Devocional Familiar:
Leer Josué 4, orar y cantar juntos
Devocional Personal: Nehemías 1:8-10
“8Acuérdate ahora de la palabra que diste a Moisés tu siervo, diciendo: Si vosotros pecareis, yo os dispersaré por los pueblos; 9 pero si os volviereis a mí, y guardareis mis mandamientos, y los pusiereis por obra, aunque vuestra dispersión fuere hasta el extremo de los cielos, de allí os recogeré, y os traeré al lugar que escogí para hacer habitar allí mi nombre. 10 Ellos, pues, son tus siervos y tu pueblo, los cuales redimiste con tu gran poder, y con tu mano poderosa.”
Somos su pueblo por su gracia
Continuando con la oración que Nehemías empezó en el versículo 5, su reconocimiento de quien es Dios, su acercamiento en humildad, su arrepentimiento y su búsqueda de perdón; ahora Nehemías va a hacer una relación entre los capítulos 29 y 30 de Deuteronomio. Como vimos ayer, el capitulo 29 habla de como es un corazón apartado del Señor y las consecuencias que tendría, lo que Nehemías reconoce en el versículo 8 saber que Dios había dicho "(...)si vosotros pecareis, yo os dispersaré por los pueblos". Por lo que, Nehemías continua el versículo 9 reconociendo que a pesar de todo el pecado del pueblo la misericordia y gracia de Dios también son evidentes. Entonces, Nehemías conecta su oración a las palabras escritas por Moisés en Deuteronomio 30:1-5, donde Dios promete que después de que el pueblo se arrepienta, el enfoque de su corazón regrese a Dios y empezaran a obedecer, entonces Dios los haría regresar a la Tierra Prometida y empezarían de nuevo.
Hasta ese punto no hay ningún problema en arrepentirse, volver a Dios y obedecer, tres pasos y todo sería restaurado. Pero ¿por qué al ser humano le cuesta tanto iniciar con el primer paso, "arrepentirse"?, la respuesta so se explica en Efesios 2:1-3 como personas muertas en sus delitos y pecados, que viven complaciendo los deseos, voluntad y pensamientos de la carne, condenados a una ceguera espiritual (2Co 4:3-4), y entregados a un corazón entenebrecido y un envanecido razonamiento (Ro.1:21). Entonces si el arrepentimiento es imposible para la humanidad, volver a Dios y obedecerle también lo son. Pero, Dios amo a la humanidad y envió a su Hijo para que pasemos de ser personas muertas a tener vida juntamente con Cristo en su resurrección, y por eso somos salvos por gracia por medio de la fe (Ef 4:4-10). Y es por medio del Espíritu Santo que entendemos nuestro pecado y somos llevados al arrepentimiento. Dios mismo nos lleva a amarlo.
Desafio y Aplicación
Amados hermanos, Nehemías menciona que las personas que lograron volver a Jerusalén son el pueblo de Dios redimido. Si tu has venido a la fe por la obra del Espíritu Santo en ti, tú eres parte del pueblo de Dios, como Efesios 2:13-16 explica, en Cristo hemos sido reconciliados. Ser parte del pueblo de Dios significa pertenecer a su reino, significa ser llamado hijo e hija de Dios. Por favor, medita en la nueva identidad que Cristo en amor te ha entregado, evalúa tus decisiones y actitudes en base a esa identidad. Recuerda, tus relaciones con tu prójimo reflejarán lo que tu corazón tiene como prioridad. Ora por tu familia, iglesia, amigos, y se intencional en compartir el evangelio poniendo interés en sus necesidades, amándolos y compartiendo la libertad de ser hallado en Cristo por gracia.