Devocional Familiar:
Leer Josué 2, orar y cantar juntos
Devocional Personal: Nehemías 1:5-6
“5 Y dije: Te ruego, oh Jehová, Dios de los cielos, fuerte, grande y temible, que guarda el pacto y la misericordia a los que le aman y guardan sus mandamientos; 6 esté ahora atento tu oído y abiertos tus ojos para oír la oración de tu siervo, que hago ahora delante de ti día y noche, por los hijos de Israel tus siervos; y confieso los pecados de los hijos de Israel que hemos cometido contra ti; sí, yo y la casa de mi padre hemos pecado.”
En humildad y arrepentimiento
Ayer revisamos como Nehemías, a pesar de las malas noticias y el dolor en su corazón, buscó al Señor en oración y ayuno. Ahora, los versículos 5 y 6 describen el inicio de la oración que Nehemías hizo. Primero, Nehemías reconoce que su Señor es el Dios de los cielos, es fuerte, es grande y temible. Nehemías reconoce que Dios es quien guarda su pacto y tiene misericordia. Es importante reconocer el trasfondo de las palabras de Nehemías. Él sabía el pacto que Dios hizo con Abraham, Isaac y Jacob, sobre su pueblo y la redención a través del descendiente (Gn 13:15-16; Gn 22:17-18; Gn 28:14). Nehemías entendía que era necesario amar a Dios para obedecer sus mandamientos, porque recordaba las palabras de Moises en Deuteronomio 30:1-10, donde se describe que la incredulidad y desobediencia del pueblo los llevaría a ser desterrados, pero que Dios en su misericordia escuchará su arrepentimiento y su anhelo de obedecerle, entonces los traería de las tierras lejanas al lugar que Él les prometió. Nehemías sabía que el destierro fue debido a la maldad en el corazón del pueblo, que necesitaban ser transformados para amar y obedecer a Dios.
Por lo tanto, Nehemías se acerca en humildad, reconociéndose como siervo de Dios, suplicando que Dios lo escuche, y confesando los pecados que "hemos" cometido. La palabra "hemos" tiene su propia explicación cuando Nehemías dice "yo y la casa de mi padre hemos pecado". Nehemías no solo reconoció quién es Dios; no solo entendía la historia de pecado y dolor del pueblo; no solo se acerca en humildad; él entiende en su corazón que han pecado en contra del Señor, y que el arrepentimiento es el paso siguiente ante reconocer la santidad de Dios.
Desafio y Aplicación
Yo al igual que Nehemías he pecado en contra del Señor, pero necesito un entendimiento profundo de quién es Dios y una transformación completa de mi corazón para amarlo, buscarlo, arrepentirme y anhelar obedecerle. La gracia de Dios en Cristo y su sacrificio lo hace posible. La vida de pecado debe ser crucificada en esa cruz junto con Cristo y ya no vivir nosotros sino Cristo en nosotros. Hermanos quiero animarlos a examinar su vida, a mirar si su corazón reconoce la santidad de Dios y la profundidad del pecado en nuestro corazón. Quiero animarlos a reconocer que si no amo a Dios nunca podré obedecerle. Quiero animarlos a buscar a Cristo y anhelar que Él sea formado en nosotros. Los animo a practicar el arrepentimiento y hallar el perdón y la gracia en Cristo. Oremos por cada uno de nosotros y por las personas que no han recibido la salvación aún. Oremos porque la misericordia de Dios se revele y podamos venir en arrepentimiento y humildad a los pies de Cristo.