Devocional Familiar:
Leer Salmos 34, orar y cantar juntos
Devocional Personal: Génesis 9:11-14
“ 11 Estableceré mi pacto con vosotros, y no exterminaré ya más toda carne con aguas de diluvio, ni habrá más diluvio para destruir la tierra. 12 Y dijo Dios: Esta es la señal del pacto que yo establezco entre mí y vosotros y todo ser viviente que está con vosotros, por siglos perpetuos: 13 Mi arco he puesto en las nubes, el cual será por señal del pacto entre mí y la tierra. 14 Y sucederá que cuando haga venir nubes sobre la tierra, se dejará ver entonces mi arco en las nubes 15 Y me acordaré del pacto mío, que hay entre mí y vosotros y todo ser viviente de toda carne; y no habrá más diluvio de aguas para destruir toda carne”.
Las señales de Dios
Ayer estudiamos un poco el contenido del pacto con Noé. Vimos que Dios hizo una promesa que jamás iba a destruir toda la tierra con un diluvio. Como muchos de los pactos que Dios hace, él crea una señal, un recordatorio de su promesa con los hombres. Dios creó al arco iris como una señal de su promesa al hombre y a la tierra. No habrá más diluvio de aguas para destruir toda carne. Es una representación física de la promesa de Dios para los hombres. Esto es algo que Dios ha hecho muchas veces. En el pacto Mosaico, el rito de circuncisión era una señal física de una realidad espiritual. Representaba que el varón era parte del pueblo de Dios y de las bendiciones del pacto con Dios. Ahora en el Nuevo pacto tenemos la santa cena como un recordatorio de la muerte y resurrección de Cristo, de que somos parte de un nuevo pacto por la sangre de Jesús. Muchas veces Dios ha decidido usar señales físicas para recordarnos verdades espirituales.
Nosotros necesitamos estas señales porque nosotros como humanos muchas veces tendemos a olvidarnos de las promesas de Dios. Nos enfocamos tanto en las cosas del día a día, que nos olvidamos de lo que Dios ha hecho para nosotros. Igual que el mundo antes de Noé, vivimos lo que nos parece bien a nuestros ojos.
Desafio y Aplicación
¿Qué puedes hacer para vivir mejor a la luz de las promesas de Dios para ti? Primero, puedes aprovechar las señales que Dios nos ha dado. Cuando ves al arco iris en el cielo, ¿meditas en el poder sustentador de Dios o solo notas los colores bonitos?, ¿En qué piensas cuando participas en la santa cena en tu iglesia local? ¿Lo ves como una ordenanza que te lleva por la gracia de Dios o como un hecho de un buen cristiano? Debe ser un tiempo de recordar y meditar en el amor, misericordia, poder, y justicia de Dios en enviar a su hijo a morir por ti. Segundo, debemos encontrar maneras para acordarnos de cómo Dios ha obrado en nuestras propias vidas. Algunas personas escogen piedritas y escriben fechas o eventos en ellas para acordarse de momentos claves en sus vidas. Quizás puedes escribirlos en un cuaderno para revisar de vez en cuando. Recordar la fidelidad de Dios para nosotros en el pasado nos ayuda a confrontar con más esperanza los retos y dificultades del futuro.