Devocional Familiar:
Leer Salmos 33, orar y cantar juntos
Devocional Personal: Génesis 9:1-7
“1 Bendijo Dios a Noé y a sus hijos, y les dijo: Fructificad y multiplicaos, y llenad la tierra. 2 El temor y el miedo de vosotros estarán sobre todo animal de la tierra, y sobre toda ave de los cielos, en todo lo que se mueva sobre la tierra, y en todos los peces del mar; en vuestra mano son entregados. 3 Todo lo que se mueve y vive, os será para mantenimiento: así como las legumbres y plantas verdes, os lo he dado todo. 4 Pero carne con su vida, que es su sangre, no comeréis. 5 Porque ciertamente demandaré la sangre de vuestras vidas; de mano de todo animal la demandaré, y de mano del hombre; de mano del varón su hermano demandaré la vida del hombre. 6 El que derramare sangre de hombre, por el hombre su sangre será derramada; porque a imagen de Dios es hecho el hombre. 7 Mas vosotros fructificad y multiplicaos; procread abundantemente en la tierra, y multiplicaos en ella”.
El precio del perdón
En el pasaje de hoy vemos que Dios establece un pacto con Noé y todos sus descendientes. En varias ocasiones se repite el pacto con Adán en Génesis 3. Dios les manda a multiplicarse y llenar la tierra. También vemos que amplifica y explica la importancia de la imagen de Dios en el hombre. La gravedad del asesinato esta directamente conectado con la presencia de la imagen de Dios en el hombre. El versículo 4 es muy importante porque introduce un concepto que llega a ser clave para el resto de la Biblia. En este versículo Dios prohíbe comer carne con sangre porque la sangre contiene la vida. Aquí vemos que Dios presenta la sangre como la representación de la vida. Vemos esta idea repetida y expandida en Levítico 17:11 donde dice, “Porque la vida de la carne en la sangre está, y yo os la he dado para hacer expiación sobre el altar por vuestras almas; y la misma sangre hará expiación de la persona”. Aquí no solo vemos que la sangre representa la vida, pero también que es por el derrame de sangre que puede ver expiación por el pecado. Claramente esto apunta a la muerte de Jesús en la cruz para nosotros como dice en 1 Juan 1:7, “la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado.” A través de la historia del antiguo testamento poco a poco vamos entendiendo el plan de Dios para salvar a la humanidad a través de la muerte de Jesús.
Desafio y Aplicación
En Apocalipsis 13:8 habla de Jesús como “Cordero que fue inmolado desde el principio del mundo.” Esto significa que Dios siempre tenía en mente la muerte de su hijo para la expiación del pecado. Aun en el principio de la historia, Dios estaba empezando a dar entendimiento de cómo era posible el perdón del pecado. Podemos recordar en esto el poder y el amor de Dios para nosotros. Él tiene el poder para mover los eventos del mundo, para enviar a su hijo a morir en la cruz. Él tiene el amor de sacrificar a su propio hijo como un sacrificio para nosotros. Medita hoy en el poder y amor de Dios. Ten esperanza en medio de las luchas de hoy porque tu Dios es poderoso y te ama lo suficiente para enviar a su propio hijo a morir por ti.