Devocional Familiar:
Leer Exodo 6, orar y cantar juntos
Devocional Personal: Galatas 3:8-9
“Y la Escritura, previendo que Dios había de justificar por la fe a los gentiles, dio de antemano la buena nueva a Abraham, diciendo: En ti serán benditas todas las naciones. De modo que los de la fe son bendecidos con el creyente Abraham.”
Ciudanía del Reino de Dios
Pablo hace referencia en estos versículos de lo que está escrito en el libro de Génesis. Donde explica que desde el principio, el plan de salvación de Dios también estaban incluidos los que no eran judíos. Dios le dijo a Abraham que todas las naciones iban a ser bendecidas a través de su descendencia. Todos los que tuvieran la misma fe que tuvo Abraham iban a ser salvos y justificados perfectamente a través de Cristo.
Dios nos enseña que todas las naciones pueden ser salvas si creen en Cristo. En otras palabras, la ciudadanía del Reino de Dios es accesible para todos los grupos étnicos de este mundo, no solamente para el pueblo de Israel. En los evangelios vemos como Juan el Bautista preparaba el camino para el Mesías, diciendo que el reino de Dios estaba cerca. Jesús usó parábolas comparando el Reino de Dios con un grano de mostaza, un tesoro escondido en un terreno, entre otras más. ¿Pero cómo podemos describir el Reino de Dios sin parábolas?
El Reino de Dios es donde Nuestro Señor habita en su forma espiritual. Cuando Adam y Eva desobedecieron a Dios, murieron espiritualmente. El hombre por la primera vez en la historia rompió la relación espiritual con su Creador. Pero por su Gracias y Misericordia podemos ver en la Biblia como se lleva a cabo el plan de salvación a través de la decencia de Abraham. Jesucristo llegó a completar este plan y restablecer nuestra relación espiritual con Dios. Gracias a todo esto, hoy podemos llamarnos ciudadanos del Reino de Dios.
Desafio y Aplicación
De la misma forma que nos debemos que comportar de una manera adecuada para vivir en nuestro país, lo mismo aplica para el reino de Dios. Jesús vinos a enseñarnos cómo debemos vivir y que caminos debemos tomar. Imaginemos cuán importante es mantener la ciudadanía del Reino de Dios bajo los estándares establecidos por nuestro Rey de Reyes. Les pido que reflexionemos en lo siguiente: Nuestra vida es gobernada por un rey perfecto, que es justo y nos ama. El cual se sacrificó por nosotros. A sabiendas de todo esto: ¿Estamos viviendo como ciudadanos de ese reino?