Devocional Familiar:
Leer Exodo 4, orar y cantar juntos
Devocional Personal: Galatas 3:6-7
“Así Abraham creyó a Dios, y le fue contado por justicia. Sabed, por tanto, que los que son de fe, éstos son hijos de Abraham.”
Somos salvos por la Fe
Aquí Pablo les recuerda a Gálatas que el pueblo de Dios descendió de un hombre pagano que puso su fe en Dios. Abraham correspondió al llamado de Dios y fue salvo por su fe. Ahora todos los que ponen su fe en Cristo, ya sean judíos o gentiles, ambos serán hijos de Abraham por la fe también.
No tenemos que ser judíos, llevar una vida estricta en las leyes o tradiciones religiosas, para tener una relación directa con Dios. De hecho, si nos concentramos en estas cosas haciendo obras con el fin de acercarnos más a Dios por nuestros propios méritos, terminamos logrando lo contrario. “Muchos me dirán en aquel día: “Señor, Señor, ¿no profetizamos en Tu nombre, y en Tu nombre echamos fuera demonios, y en Tu nombre hicimos muchos milagros? Entonces les declararé: Jamás los conocí” (Mateo 7:22-23).
No somos salvos por lo que hacemos humanamente, sino por la fe que ponemos en Cristo. Reconociendo que no somos capaces de agradar a Dios, si no tenemos a Cristo en nuestros corazones. Para poder tener a Jesús en nosotros, tenemos que ser transformados por su Gracia y Misericordia. Todo esto comienza en el arrepentimiento de nuestros pecados, quebrantados frente a Él, reconociendo que no podemos lograr nada sin Él. Como prueba de nuestra fe, le entregamos nuestras vidas, confiados en que Él tiene todo el control y cuidara de nosotros como el Padre amoroso que es.
Desafio y Aplicación
No nos podemos enfocar humanamente en obras para alcanzar a Dios. Las obras es el resultado de estar centrado en Cristo poniendo toda nuestra fe en Jesús. Cuando logramos esto con sentimientos puros en nuestro corazón, Dios mismo hará estas obras a través de nosotros, para su Gloria. Te pregunto ¿Estás poniendo toda tu fe en lo que tú haces para Dios, o estás poniendo tu Fe en Cristo para que el obre en ti?