Devocional Familiar:
Leer Exodo 3, orar y cantar juntos
Devocional Personal: Galatas 3:4-5
“¿Tantas cosas habéis padecido en vano? si es que realmente fue en vano. Aquel, pues, que os suministra el Espíritu, y hace maravillas entre vosotros, ¿lo hace por las obras de la ley, o por el oír con fe?”
¿Quién es el Espíritu Santo?
Muchas personas piensan que el Espíritu es una electricidad que recorre tu cuerpo, pero realmente el Espíritu Santo es una Persona, no una fuerza. Jesús describió al Espíritu Santo como alguien, no como algo. El Espíritu Santo es la tercera Persona de la Trinidad. Todos los que hemos sido bautizados en este lugar hemos sido bautizados en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Esta es la doctrina de que Dios es uno y tres, Dios es Trinidad, o mejor dicho Tri-unidad.
El Espíritu Santo es llamado el Consolador. Jesús dijo: “Pero yo os digo la verdad: Os conviene que yo me vaya; porque si no me fuera, el Consolador no vendría a vosotros; mas si me fuere, os lo enviaré.” Jesús le llama el Consolador. ¿Qué significa esto? Investigar esta palabra nos ayudara a entender quien es el Espíritu Santo.
La palabra traducida como Consolador es la palabra griega Parácletos. Hay muchas versiones en español que traducen la palabra Parácletos de maneras distintas. En la antigüedad un Parácletos era un defensor o asistente legal en las cortes judiciales. Muchas veces era el abogado que te defendía en problemas con la ley, pero también podía ser simplemente alguien que estaba a tu lado para defenderte. Parácletos literalmente se pude traducir como uno que ha sido llamado a estar a tu lado . . . siempre a tu lado. Cristo ha enviado al Espíritu Santo para pastorear a sus ovejas, y el jamás te abandonara. Aunque tu le falles, le contristes, le resistas, el con mas fuerza argumentara, discutirá contigo y te convencerá del amor infinito que Dios tiene para contigo. El Espíritu Santo te amo.
Desafio y Aplicación
Si queremos seguir verdaderamente a Jesús, debemos abrazar la Persona y obra del Espíritu Santo. No podemos llamarnos verdaderos discípulos de Jesús si rechazamos a su Espíritu que Él mismo a enviado para estar a nuestro lado. Debemos abrazar al Espíritu Santo. La palabra abrazar al Espíritu significa atesorar al Espíritu, recibir con agrado al Espíritu, amar abiertamente al Espíritu, aferrarse al Espíritu, valorar y estimar al Espíritu Santo, deleitarse en el Espíritu Santo, depender del Espíritu, y apoyarse en el Espíritu con agrado. ¿Amas al Espíritu Santo? ¿Lo contristas? ¿Cómo esta tu relación con Dios?