Devocional Familiar:
Leer Exodo 1, orar y cantar juntos
Devocional Personal: Galatas 3:1-3
“Oh gálatas insensatos! ¿Quién os fascinó para no obedecer a la verdad, a vosotros ante cuyos ojos Jesucristo fue ya presentado claramente entre vosotros como crucificado? Esto solo quiero saber de vosotros: ¿Recibisteis el Espíritu por las obras de la ley, o por el oír con fe? ¿Tan necios sois? ¿Habiendo comenzado por el Espíritu, ahora vais a acabar por la carne?”
Enfocados en Cristo
Pablo le reclama a la Iglesia de Gálatas que ellos están olvidando lo que Jesús hizo por ellos en la cruz del calvario. Pablo se sorprende de que se alejaran del evangelio y los exhorta con la siguiente pregunta. ¿El Espíritu está con ustedes gracias a sus obras de la ley o por su fe en Cristo? Les hace ver su necedad, recordándoles que ahora siendo criaturas nuevas en Espíritu, están prestando mucha atención a los asuntos de la carne.
Gracias a Cristo somos redimidos por su gran sacrifico y ya no estamos condenados por la eternidad. Ahora podemos estar con Él para siempre. “Para que todo aquel que en él cree, no se pierda, más tenga vida eterna” (Juan 3:16b). Meditemos en esto, una vida eterna con Jesús, que dulzura solo imaginar poder verlo y tener comunion junto a Él con nuestros cuerpos glorificados. Qué mejor estado que este, el poder convivir con Dios.
Escuchamos esto una y otra vez, ¿Pero realmente lo estamos comprendiendo? ¿Estamos dándole la importancia que se merece esta gran realidad? A veces somos muy rápidos para olvidar la Gracia y Misericordia de Dios. Perturbados con cosas triviales que vienen y van, que no perduran, cuando solo deberíamos estar enfocados en Cristo. El cuál es nuestro reposo y paz que perdura.
Desafio y Aplicación
Cuando nuestro enfoque está en todo menos Cristo, nada tiene sentido. Nada sale bien y es una vida muy tormentosa llena de fracasos. Reducimos a buscar placeres de la carne momentáneos que no perduran y nos vemos estancados en un ciclo destructivo. Pero gracias a Dios por todo lo que hace en nuestras vidas y Él solo nos pide que nos enfocamos en la vida de Cristo. Te pregunto: ¿Dónde estás poniendo tu enfoque?