Devocional Familiar:
Leer Romanos 15, orar y cantar juntos
Devocional Personal: Galatas 2:19-20
Galatas 2:19-20 “Porque yo por la ley soy muerto para la ley, a fin de vivir para Dios. Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, más vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.”
Cristo vive en nosotros
En estos dos versículos Pablo le ilustra a Pedro de otra manera que ya no se puede vivir para la ley, que solo debemos vivir para Cristo. Que ahora si somos justificados perfectamente ante nuestro Señor, gracias al gran sacrificio de Jesús en la cruz. Que ya no vivimos por nuestra voluntad, sino por la de Dios que habita en nuestros corazones. Que lo que nos resta de vida en esta tierra, solo lo debemos vivir para Jesucristo, el cual nos amó y se entregó a sí mismo, por todo nosotros.
Cuando ponemos nuestra fe en Jesucristo como nuestro esperanza de salvación, nacemos de nuevo espiritualmente y Cristo vive en nosotros para que seamos su luz en esta tierra. Jesús realmente vive en nosotros, otros pueden ver a Cristo a través de nosotros. Por eso es esencial que siempre estemos en la lucha de alcanzar la santidad y de hacer el mejor esfuerzo de imitar a Jesús lo más que podamos.
Cuando no teníamos a Cristo en nuestros corazones estábamos muertos, caminando por el mundo sin vida. No volvamos a lo mismo de antes, no perdamos el enfoque en Cristo. Cuando aceptamos a Jesús como nuestro único Salvador, públicamente confesando nuestros pecados y nos bautizamos en el nombre del Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, nacemos de nuevo como criaturas nuevas. Como Jesús le explicó a Nicodemo, “De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios. Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es.” (Juan 3:5-6)
Desafio y Aplicación
Tenemos que morir al mundo, a la ley y todo lo que nos desenfoca de esta realidad; Cristo vive en nosotros ahora. Jesús es la única forma de tener una relación directa con nuestro Padre Celestial. Gloria a Dios por su misericordia, por amarnos primero y por trazar un plan para nuestra salvación a través de Jesucristo. Podemos estar en acuerdo que nuestra relación con Dios debe ser lo más importante en nuestras vidas, porque Cristo vive en nosotros. Te pido que reflexiones en la siguiente pregunta: ¿Cómo está tu relación con Jesús hoy?