Devocional Familiar:
Leer Números 33, orar y cantar juntos
Devocional Personal: 1 Tesalonicenses 5:25-28
“25 Hermanos, orad por nosotros. 26 Saludad a todos los hermanos con ósculo santo. 27 Os conjuro por el Señor, que esta carta se lea a todos los santos hermanos. 28 La gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con vosotros. Amén.”
Oremos por los que Sirven al Señor
Pablo llega al final de su primera carta a los Tesalonicenses, y después de animarlos y exhortarlos en todas estas áreas él comienza a despedirse pidiendo oración por ellos. Pensaríamos que Pablo o los Apóstoles y todos los héroes de la Fe a través de la Biblia no necesitaban que nadie orara o rogara al Señor por ellos; pero la verdad es que tanto ellos como nosotros, todos somos pecadores y todos necesitamos dependencia principalmente a Dios y ayuda de nuestros hermanos. Tanto Moisés, David, Daniel, los apóstoles; todos tenían momentos difíciles y de angustia donde la oración y el ruego al Señor era lo único que los sostenía. Por esta razón, Pablo pide oración por él y por todos los que estaban con él. Las tribulaciones que tuvo que pasar, las hambrunas y rechazos que tuvo que soportar, el desánimo y angustia que tuvo que vivir, todas estas y más cosas que Pablo vivió las soportó gracias a Dios y su misericordia para con Pablo y todos los que rogaban al Señor por él.
De igual manera hermanos, hoy en día tenemos líderes y servidores del Señor, que creeríamos que no tienen aflicción de espíritu o tristeza por todo su conocimiento y perseverancia en el Señor, pero como mencionamos anteriormente, todos necesitamos oración y apoyo de nuestros hermanos. No pensemos solamente en los Pastores por esta vez, pero pensemos en todos los que sirven al Señor como misioneros, todos nuestros hermanos que están afuera lejos de sus hogares para poder propagar el Evangelio y sacrificándose por amor al Señor tal y como lo hizo Pablo.
Pablo pide oracion por todos los Hermanos, y también que toda la “carta se lea a todos los santos hermanos” Pablo quiere que toda la Iglesia reciba esta palabra del Señor para su edificación y ánimo, él quiere que todos tengamos esta Palabra y seamos exhortados para bien de nuestras vidas. Finalmente Pablo se despide con una bendición “La gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con vosotros. Amén”. No hay más grande bendición que tener el regalo de Dios, no hay más grande bendición que ser justificado por Cristo, no hay más grande bendición que la sangre de Cristo, nuestra Salvación.
Desafio y Aplicación
Hermanos, oremos por los siervos del Señor, por los pastores, líderes, misioneros que sirven en otras ciudades y países, roguemos al Señor los sostenga y provea, que Él los guarde y los proteja tanto física como espiritualmente. Apoyemos financieramente a los misioneros, si no conoces ni sabes cómo apoyar a un misionero directamente comunícate con tu Iglesia local. Que nuestras ofrendas y diezmos sean con buena actitud, rogando al Señor que las reciba para su honra y gloria.
Meditemos día a día en la Bendición más grande que el Señor nos dio; su Salvación.