Devocional Familiar:
Leer Job 31, orar y cantar juntos
Devocional Personal: Apocalipsis 3:14-16
“14 Y escribe al ángel de la iglesia en Laodicea: He aquí el Amén, el testigo fiel y verdadero, el principio de la creación de Dios, dice esto: 15 Yo conozco tus obras, que ni eres frío ni caliente. !!Ojalá fueses frío o caliente! 16 Pero por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca”
Ser tibio es un estado inaceptable
La Palabra de Dios dice en el primer capítulo del libro de Apocalipsis, que Jesucristo envió un ángel a Juan su siervo, para revelarle las cosas que son y las que vendrán, sobre las cuales le pide que escriba. Y en sus escritos encontramos siete mensajes específicos para siete iglesias que se encuentran en Asia, de los cuales el último mensaje es para la iglesia de Laodicea, como lo dice el pasaje del día de hoy.
En estos mensajes el Señor Jesús revela cómo algunas iglesias estaban caminando en las sendas de Dios, mientras que otras se estaban desviando del camino, escribiendoles acerca de las cosas buenas y de las cosas que no estaban haciendo bien, sobre las cuales les exhorta a caminar correctamente delante de Él. El mensaje que ha sido enviado a la iglesia de Laodicea, es un mensaje que revela el estado de esta iglesia, un estado completamente desagradable ante los ojos de Dios. Para que esta iglesia comprenda lo que se le está diciendo, el Señor Jesús alude a una situación que esta ciudad vive, refiriéndose al agua que ellos usan en su ciudad. La ciudad de Laodicea hacia llegar agua a su territorio, de unos manantiales de aguas termales, la cual viaja a través de unos tubos que, al momento de correr por ellos, por su lejanía, el agua llegaba tibia, y que si alguien quisiera beberla, terminaría escupiéndola o vomitándola. Y con esta escena que ellos viven diariamente el Señor les quiere hablar. Dice el testigo fiel y verdadero: “...yo conozco tus obras, que ni eres frío ni caliente. ¡Ojalá fueses frío o caliente! Pero por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca”. El Señor les está reclamado por su forma de vivir, esta iglesia quería tener un pie en las cosas de Dios y el otro pie en el mundo, como lo estuvo en un tiempo el pueblo de Israel: “Porque este pueblo se acerca a mí con su boca, y con sus labios me honra, pero su corazón está lejos de mí, y su temor de mí no es más que un mandamiento de hombres que les ha sido enseñado” (Isaías 29:13).
Muchas veces aprendemos sobre la Biblia, pero no la aplicamos en nuestras vidas, le decimos a todo el mundo lo que debe hacer con respecto a la Biblia, pero nosotros no la practicamos, el ir a la iglesia se vuelve una costumbre, donde se está presente físicamente pero ausente en pensamiento, las oraciones empiezan a ser repetitivas, no se testifica de Jesús, el corazón del hombre está lejos de Dios; este comportamiento por parte de una persona que se hace llamar cristiana es completamente inaceptable delante de Dios, a tal punto, que les compara a esa agua tibia que ellos tienen en su ciudad y que no se puede beber, para que comprendan lo desagradable que es y lo que le produce su estado espiritual. Pero Dios que es misericordioso y amoroso, les envía este mensaje para advertirles que no están caminando conforme al corazón de Él, para darles la oportunidad de reflexionar y rectificar su camino.
Desafio y Aplicación
La invitación del Señor para este día es que revisemos nuestro corazón, para observar nuestro andar delante de Él, y descartar una posible tibieza en nosotros mismos, nuestras obras podrían estar siendo desechadas por el Señor y no estar recibiendo sus bendiciones.
“Escudriñemos nuestros caminos, y busquemos, y volvámonos a Jehová” (Lamentaciones 3:40).