Devocional Familiar:
Leer 1 Reyes 17, orar y cantar juntos
Devocional Personal: Mateo 1:5
“5 Salmón engendró de Rahab a Booz, Booz engendró de Rut a Obed, y Obed a Isaí.”
Rut: Pasos de confianza al verdadero refugio
Ayer, lunes, hablamos sobre la importancia de reconocer que al igual que Rahab y Rut, tu y yo fuimos extranjeros y enemigos de Dios, hasta el día en que Él decidió salvarnos por su gracia. En 1 Pedro 2:10, hemos hallado misericordia en Cristo para tener una nueva identidad. Hoy, quiero que nos fijemos un poco más en los detalles de Rut la moabita. La forma en que esta mujer entra en la historia suena un poco deprimente. En el Antiguo Testamento, el libro de Rut menciona que esta mujer vivió en el tiempo de los jueces y que hubo una gran hambre en la tierra (Rut 1:1). Por esta razón, el esposo de Noemí, Elimelec que era de Belén, decidió ir con su familia a los campos de Moab. Rut y Orfa eran esposas de los hijos de Noemí y Elimelec. La muerte de Elimelec y sus dos hijos, ponen en gran quebranto a Noemí. Hay un par de cosas que podemos ver en medio de la crisis. Primero, Noemí, que estaba en los campos de Moab, escuchó que Jehová había visitado a su pueblo para darles pan (Rut 1:6), recordemos que era una época de gran hambruna. Segundo, Noemí sale de Moab con sus nueras, pero les pide que vuelvan a su pueblo porque Noemí no tenía nada para ofrecerles, ni la seguridad de un hogar, ni esposos con los que ellas podían casarse nuevamente. Las posibilidades de que Rut y Orfa tengan un hogar junto a Noemí eran nulas. En medio de lágrimas Orfa decide regresar a Moab pero Rut se niega no solo a volver sino que renuncia a todo por seguir a Noemí y a Dios (Rut 1:16-17).
Es interesante que en el libro de Rut no se encuentra una interacción directa entre la humanidad y Dios como en otros libros de la Biblia, pero si se mira su control y cuidado detrás de cada escena. Noemí tomó fuerza para volver a su casa después de escuchar que Jehová visito a su pueblo. La esperanza de encontrar comida se desarrolla en la confianza de la presencia de Jehová con su pueblo. Noemí sabía quien era Dios y que uno de los mandatos del pueblo era el cuidado de las viudas. En Deuteronomio 24:19-22 se menciona que los israelitas al recoger sus campos y quedar algo atrás, debían dejarlo y no volver por eso, porque servirá para los extranjeros, huérfanos y viudas, en esto hallarían bendición. Este cuidado seria un recordatorio de que Dios saco al pueblo de Egipto, donde fueron esclavos. Noemí fue en búsqueda de ese Dios y ese pueblo donde la misericordia era mostrada. Rut confió en que es Dios quien cuidaría no solo de Noemí sino de ella. Rut dejo todo por la presencia y cuidado de Dios.
Desafio y Aplicación
En medio del sufrimiento, ¿Qué sostiene tu vida? ¿Qué refugio sigue guiando tu vida? ¿Dónde o en quién hallas esperanza? No era la comida lo que sostendría a Noemí y a Rut, tampoco la ley del pueblo de Israel de cuidar de la viuda y el extranjero. No es tu posición económica, tu estado civil, tu inteligencia, o las posibilidades que otros te ofrecen lo que sostiene tu vida. Es Dios, su presencia y misericordia lo que te ha traído hasta aquí y Él es quien seguirá en control. Reflexionemos si nuestro estilo de vida, decisiones, sufrimiento nos están llevando más y más cerca de la presencia de Dios. Clama a Dios como refugio y fortaleza, confía en Él hoy, como dice Salmo 91:2. Ven en humildad ante el Señor y reconócelo como tu Dios. Ora por los tuyos.