Devocional Familiar:
Leer Levítico 5, orar y cantar juntos
Devocional Personal: Galatas 5:17-18
17 Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne; y éstos se oponen entre sí, para que no hagáis lo que quisiereis.
18 Pero si sois guiados por el Espíritu, no estáis bajo la ley.
La lucha espiritual
Desde el momento de nuestra conversión los creyentes nacidos de nuevo entramos a una guerra constante que solo puede ganarse mediante el Espíritu de Dios. Pablo dice que: Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne; y éstos se oponen entre sí, para que no hagáis lo que quisiereis. 18Pero si sois guiados por el Espíritu, no estáis bajo la ley.
¿Cuál es el objetivo de esta guerra? El objetivo es ganar en la batalla sobre quien controla la voluntad. La voluntad es la habilidad de tomar decisiones que se traducen en acciones. ¿Alguna vez has sentido la necesidad de responder en enojo, ira o frustración cuando tu esposo, esposa, hijo, vecino o compañero de trabajo hizo algo que te molesto o consideraste injusto? Déjame decirte que en ese momento has entrado al campo de batalla. En ese momento sientes como tu sangre se te sube a la cabeza y tu corazón empieza a palpitar rápidamente. Sientes tensión en tus músculos, piensas que no te puedes controlar y sientes que vas a explotar. ¿Has tenido esta experiencia? La cuestión es que cuando respondemos impulsivamente sabemos que no estamos andando en el espíritu sino que acabamos de perder la batalla. Déjame hacerte una pregunta, ¿Quien te lleva a actuar de la forma que actúas: el Espíritu o tu carne? Si es la carne, entonces vas a actuar de manera impulsiva todo el tiempo, pero si es el espíritu entonces vas a luchar en contra de estos sentimientos y pensamientos y acciones.
Pablo dice: “Los dos se oponen para que no hagáis lo que quisiereis.” Esto significa que no vamos a evitar experimentar estas cosas pero vamos a clamar y depender del espíritu para que podamos responder conforme al espíritu.
Pablo termina diciendo: “18Pero si sois guiados por el Espíritu, no estáis bajo la ley.” Es decir, si el Espíritu es la manera decisiva de vencer los impulsos de la carne, entonces ya no es la autodeterminación de obedecer la ley.
Desafio y Aplicación
Recordemos que la carne no se refiere a nuestro cuerpo físico. No se refiere a nuestras hormonas. No es que el Espíritu tiene conflictos con el cuerpo físico. La carne es nuestra identidad antigua, el viejo hombre, es el corazón corrompido. Son las tendencias o impulsos naturales que tenemos hacia el pecado. La carne es una realidad interior. Te pregunto: ¿Estas batallando por la santidad y caminando en el Espíritu? O ¿Estas obedeciendo a las viejas tendencias de pecado y culpando a los demás por lo que esta en tu corazón? Te invito a que medites en estas preguntas y le pidas ayuda al Espíritu Santo.