Devocional Familiar:
Leer Salmos 9, orar y cantar juntos
Devocional Personal: Génesis 3:6
6 Y vio la mujer que el árbol era bueno para comer, y que era agradable a los ojos, y árbol codiciable para alcanzar la sabiduría; y tomó de su fruto, y comió; y dio también a su marido, el cual comió así como ella.
La cadena del pecado
En el día de hoy estaremos viendo como terminó toda la discusión que Eva, en su ignorancia, pecado e ingenuidad, tuvo con Satanás. El cual, al fin, gana su punto, y sus artimañas se apoderan de él. Dios probó la obediencia de nuestros primeros padres prohibiendoles el árbol del conocimiento.Tenemos aquí los alicientes que los movieron a transgredir. La mujer, engañada por el ingenioso manejo del tentador, fue la cabecilla de la transgresión (1 Tim. 2:14). Ella fue la primera en tener la culpa; y fue el resultado de su consideración, o más bien de su desconsideración. Eva no vio ningún daño en este árbol, más que en los demás. De todos los demás árboles frutales con los que se plantó el jardín del Edén se dijo que eran agradables a la vista y buenos para comer (Génesis 2:9). Ahora, a sus ojos, esto era como todo el resto. Parecía tan bueno para comer como cualquiera de ellos, y no vio nada en el color de su fruto que amenazara la muerte o el peligro; era tan agradable a la vista como cualquiera de ellos, y por lo tanto, "¿Qué daño podría hacerles? ¿Por qué debería estar prohibido a ellos en lugar de a cualquiera de los demás?" Nota, cuando se piensa que no hay más daño en fruta prohibida que en otras frutas, el pecado yace a la puerta. A menudo somos traicionados por un deseo desordenado de satisfacer nuestros sentidos. O, si no tenía nada más atractivo que el resto, sin embargo, era el más codiciado porque estaba prohibido. Deseamos lo que está prohibido.
“Y vio la mujer…” una gran cantidad de pecado entra por la vista (Mateo 5:28). Ella tomó, fue su propio acto y obra. Satanás puede tentar, pero no puede forzar; puede persuadirnos de echarnos, pero él no puede echarnos (ver Mateo 4:6). Ella comió. Cuando miró, tal vez no tenía la intención de tomar; o cuando ella tomó, no para comer: pero terminó en eso. Es sabio detener los primeros movimientos del pecado y dejarlo antes de que se entrometa. Así mismo se lo dio también a su esposo con ella. Los que han hecho mal, están dispuestos a atraer a otros para que hagan lo mismo. Adán comió. Al descuidar el árbol de la vida, del cual se le permitió comer, y comer del árbol del conocimiento, que estaba prohibido, Adán claramente mostró desprecio por lo que Dios le había otorgado, y un deseo por lo que Dios no creía conveniente. Su pecado fue, en una palabra, desobediencia (Romanos 5:19), desobediencia a una orden simple, fácil y expresa.
Desafio y Aplicación
El pecado es como una cadena, un eslabón te lleva inmediatamente al otro, así estés sujeto al primer eslabón o al último, en ambas posiciones estás encadenado, esclavizado por el pecado, no importa si apenas lo estas meramente contemplando, observando el pecado, un paso te lleva al otro. Así que debemos de velar hermanos atentamente, para que no nos hallemos a nosotros mismos, contemplando el pecado, y luego cayendo en él, sin poder dar ni un paso atrás, sin poder devolver el tiempo, o deshacer lo hecho. Es por esto que debemos velar en oración y en el estudio y meditación de la Palabra de Dios para que no nos hallemos en medio de la arena movediza del pecado.
Este devocional es un apartado adaptado de los comentarios bíblicos de Mathew Henry.