Devocional Familiar:
Leer 2 Reyes 11, orar y cantar juntos
Devocional Personal: Romanos 11:33-36
La adoración congregacional es un regular y clemente recordatorio de que no se trata de ti. Has nacido a una vida que es la celebración de otra.
La adoración congregacional es una celebración que nos sirve como un recordatorio importante para todos nosotros. Nos reunimos para celebrar a Aquel que creó, controla y se sienta en el centro de todas las cosas. Cada servicio de adoración bíblico está guiado y moldeado por las palabras de Romanos 11:33-36:
¡Qué profundas son las riquezas de la sabiduría y del conocimiento de Dios! ¡Qué indescifrables Sus juicios e impenetrables Sus caminos!
“¿Quién ha conocido la mente del Señor, o quién ha sido Su consejero?”. “¿Quién le ha dado primero a Dios, para que luego Dios le pague?”. Porque todas las cosas proceden de Él, y existen por Él y para Él. ¡A Él sea la gloria por siempre! Amén.
El último versículo lo dice todo. No solo es una receta para cada servicio de adoración, sino una poderosa declaración de lo que trata la vida. La vida no trata de nosotros. No trata de nuestros deseos, nuestras necesidades o nuestros sentimientos. No trata de nuestra comodidad, placer y felicidad. No trata de que nosotros obtengamos nuestra definición personal de la felicidad. No trata de nuestra satisfacción y contentamiento. No trata de los sueños que se han vuelto realidad en nuestra vida. No trata de nuestro éxito y logros. No trata de lo que hacemos para evadir con éxito la dificultad y el sufrimiento. No trata de qué tan bien están funcionando nuestras relaciones.
No está mal desear felicidad, paz, un cuerpo sano y relaciones sanas. El problema es este: estas cosas no deben gobernar nuestros corazones, porque cuando lo hacen, nos ponen en el centro de nuestro mundo y hace que todo gire alrededor nosotros. Es muy triste que muchas personas, incluso aquellas que profesan ser creyentes, vivan de una manera en la que se olvidan de Dios y reemplazan a Dios. Nos ponemos a nosotros mismos en el centro, decidimos cómo es que queremos que sea la vida y reducimos a Dios a un poco más que un proveedor de nuestros sueños.
Desafio y Aplicación
Así que la adoración congregacional nos lleva una y otra vez a recordar y a celebrar. Nos llama a recordar que todo lo que existe, incluyéndonos a nosotros mismos, es dado por Dios, existe a través de Él y señala hacia Él. Él es el comienzo, el centro y el final de todas las cosas. Su voluntad es permanente y se llevará a cabo. Su reino vendrá. La gracia diezma nuestro señorío y causa que nos inclinemos al único Dios verdadero. Es solo por la gracia que celebramos otro señorío que no es el nuestro. La adoración congregacional nos señala nuestra necesidad y la disponibilidad de esa gracia.
Para profundizar y ser alentado: Romanos 11
Fuente: Nuevas Misericordias, por Paul David Tripp